Uno recuerda que cuando se celebró el bicentenario de la Revolucion Francesa, entre los recuerdos que se vendían por las calles de Paris, había un juguetito que representaba una guillotina. Instrumento que el doctor Guillotín perfeccionó, pero no inventó, como suele creer la gente. Incluso al pobre doctor le molestó bastante que se bautizase a este instrumento con su apellido.
Pero la gente, erre que erre, cantaba por las calles de Paris esta cancioncilla
Guillotin
Et sa main
Fait soudain
La machine
Qui simplement nous tuera
Et que l´on nommera
Guillotine
En tiempos pretéritos se solía colgar a los delincuentes villanos, pero los nobles tenian el derecho a ser decapitados con el hacha o la espada. Muerte que era rápida, pero si el hacha se descargaba en el lugar preciso. Lo que muchas veces no ocurría, y se organizaba una escena macabra. Por eso, con el invento de la guillotina se consiguió que la cuchilla cayera en el lugar preciso. Lo que hizo Guillotin fué aumentar el peso de la cuchilla y darle un perfil recto, y no curvado como era el filo del hacha. El caso es que el proyecto del doctor Guillotín fué presentado al rey Luis XVI, que le dió el visto bueno sin pensar que él iba a ser uno de los primeros en experimentarlo.
Pero esto no tiene nada que ver con la gloriosa acción de la Toma de la Bastilla por las turbas de París que, tras asesinar a su alcaide después de haberlo maltratado, colgaron a dos guardias que eran veteranos del Cuerpo de Inválidos, cortaron las manos a un guardia suizo, y martirizaron al resto de los guardias. De paso pusieron en libertad a los presos que allí se encontraban.
Los presos eran siete; cuatro delincuentes, dos perturbados mentales y un aristócrata. Este último se encontraba allí porque lo había denunciado su suegra, temerosa de la psicopatía de su yerno que ya en varias ocasiones había sido condenado,acusado de torturar a una prostituta en 1763 y propinar una paliza a otra en 1768 . Este sujeto se llamaba Donadien de Sade, y era Marqués de Sade. Conocedor de la existencia de disturbios en París, desde la ventana de su celda arengó a las turbas exhortándoles a la invasión de la Bastilla para liberar a los presos. Y eso fué lo que ocurrió
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