Yo no lo quito
Alguien ha escrito que el rojerío ya no canta aquel himno "A las barricadas" que tanto se cantaba cuando éramos niños, y que lo ha sustituido por otro titulado "A las mariscadas". Lo que no tiene nada de particular porque "a las barricadas" era un himno anarquista de origen polaco que se trasladó a España en 1933 para sustituir a otro, también anarquista, que se titulaba "Hijos del pueblo". A aquella Varsoviana se le puso una letra española con un estribillo que decía "A las barricadas, a las barricadas, por el triunfo de la Confederación". Y hay que reconocer que en Barcelona se cantaba bastante más que:"Hijos del pueblo te oprimen cadenas...". Quizás porque eran ya tiempos de guerra.
Ahora bien, lo que parece estar claro es que la mayor de las aspiraciones gastronómicas de nuestro pueblo debe ser una gran mariscada. Y Dios nos libre de menospreciar un buen plato de marisco, porque eso sería casi como una basfemia, pero lo cierto es que nuestras posibilidades no nos permiten frecuentarlo y pasamos con otros platos más modestos, aunque no por eso menos sustanciosos.
Esto no es obstáculo para que los miembros y miembras del desgobierno sociata se empeñen en decirnos que ahora vivimos mejor que antes. Lo han estado repitiendo desde aquel día en que Pepiño afirmó seriamente que
lo que sería una verdad indiscutible si hubiera dicho "algunos" españoles.
Y como vivir bien es comerse una buena mariscada como ésta, que nos costó a los españoles un millar de euros de vellón, vean lo bien que viven estos ciudadanos que aparecen aquí en un restaurante de Bruselas.
uno de los cuales, Fernando Mellet- el que más se rie- es el principal imputado por el caso de corrupción más importante de la historia de la ciudad de Sevilla porque ha sido Director General de Mercasevilla, hoy al borde de la quiebra. El otro es Antonio Rodrigo Torrijos, portacoz de Izquierda Hundida en el Ayuntamiento de Sevilla, cofundador de CCOO, y psiquiatra de profesión. En esta foto los tenemos disfrutando tras una dura jornada de trabajo en aquellos dias en los que se estaban presentando unas cuentas maquilladas, a juicio de una auditoría.
Como se dice por estos pagos: "Bon profit".
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