lunes, 1 de octubre de 2012

Ya estamos en Octubre

Yo no lo quito


La revolución de 1934 empezó a organizarse el dia 3 de febrero de 1934. Es decir, cuando habian transcurrido dos meses desde la derrota de la izquierda en noviembre de 1933, y para ello se creó un comité que se encargó de organizar la insurrección. De esta comité formaban parte por el PSOE Juan Simeón Vidarte, socialista y masón. y Enrique de  Francisco; por la UGT. Pascual Tomás y José Diaz Alor;y por las Juventudes Socialistas Hernandez Zancajo y Santiago Carrillo. Presidía el comité Francisco Largo Caballero, a quien sus  correligionarios llamaban "El Lenin español".

Muchos de nuestros lectores lo más probable es que ignoren estos nombres; quizás sí sepan quienes fueron Largo Caballero y, por supuesto, el de Santiago Carrillo Solares, recientemente fallecido y muy alabado por representantes de esto que hoy llamamos (nadie sabe por qué) "la democracia". Pero lo que seguramente ignoran es que Carrillo pasó por la prisión cuando fué detenido en Madrid a causa de  los sucesos de octubre de 1934. O sea, que el gobierno de la República lo metió en la cárcel donde pudo estrechar sus contactos  con Largo Caballero, Araquistain y Alvarez del Vayo que lo encaminaron hacia el estalinismo. Como el jovencito había nacido en 1915, entró en la cárcel a los 19 años,



Y como la Historia tiene esas ocurrencias, Carrillo ha sido enterrado en Madrid rodeado por las banderas de aquella república burguesa a  la que había combatido, y por la que sufrió dos años de cárcel ya que fué liberado en febrero de 1936 con la victoria del Frente Popular.



Como era hijo de Wenceslao Carrillo, que era uno de los dirigentes del PSOE y de la UGT y amigo de Largo Caballero, Santiago pudo entrar en la imprenta de "El Socialista",  y ya en 1933 dirigió una campaña de desprestigio de personajes como Julian Besteiro e Indalecio Prieto para poner en su lugar a Largo Caballero, "El Lenin español".

Aunque la sublevación socialista debía estallar en toda España, en el único lugar donde se cumplieron perfectamente las consignas dadas por el Partido fué en Asturias, donde los afiliados se levantaron en armas dirigidos por Ramón González Peña y Belarmino Tomás. En este cartel puede leerse la declaración por la que se crea el Ejército Rojo


Al producirse la sublevación, el general Franco se encontraba en Madrid para asistir al funeral de su madre, circunstancia que aprovechó el Ministro de la Guerra Diego Hidalgo para llamarle y ordenarle que se hiciera cargo de aplastar la revolución. En Cataluña el general Batet lo resolvió con relativa facilidad, y el general López Ochoa lo hizo con el apoyo de tropas del Ejército de Africa (legionarios y regulares) mandadas por el Teniente Coronel Yagüe.

Hubo unas 1,400 bajas entre soldados y revolucionarios y numerosos heridos y detenidos. Estos asesinaron, entre otras personas, a 36 religiosos y se recogieron miles de armas. La República fué generosa con sus defensores porque pocas veces se han concedido 39 medallas militares individuales y tres laureadas por 18 dias de combate. Las Laureadas fueron, una a título póstumo, para el capitán Alonso Nart de la Guardia Civil de Sama de Langreo y las otras dos Laureadas individuales para los generales Batet y López Ochoa. Curiosamente, los dos eran republicanos y masones. Aquí puede verse una foto del momento en que les imponen las condecoraciones.



Sobre lo sucedido aquel mes de octubre, Indalecio Prieto ha escrito, desde su exilio, en el año 1942:

"Me declaro culpable ante mi conciencia, ante el Partido Socialista y ante España entera, de mi participación en el movimiento revolucionario de Octubre. Lo declaro como culpa, como pecado, no como gloria".

Y el republicano Salvador Madariaga ha escrito:

"El alzamiento de 1934 fué imperdonable. La decisión presidencial de llamar al poder a la CEDA era inatacable, inevitable y hasta debida desde hacía ya tiempo.El argumento de que el señor Gil Robles intentaba destruir la Constitución para instaurar el fascismo era a la vez hipócrita y falsa. Hipócrita porque todo el mundo sabía que los socialistas del señor Largo Caballero estaban arrastrando a todo el mundo a una rebelion contra la Constitución de 1931 sin consideración alguna para lo que se proponía o no el señor Gil Robles; y por otra, a la vista de que el señor Companys y la Generalidad entera violaron también la Constitución."

Poco hemos cambiado desde entonces.




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