Yo no lo quito
1.-El Camarlengo.
Hace un par de dias hablabamos de San Tarsicio, mártir de la Eucaristía y patrón de los monaguillos.Y como ahora lo que más se lee es todo lo que se escrbe sobre el Concilio que se prepara para ponerse en marcha dentrode una semana, rcordábamos que uno de los cardenales que estarán entre los electores, va a ser un tal Tarsicio Bertone, que es el actual camarlengo de la curia Vaticana, y temporal sustituto de Benedicto XVI.
Mucha gente no tiene idea del significado de la palabra "camarlengo". Hasta el punto de que hace años corrió la noticia de que un señor, muy bien vestido, se colaba en las tribunas presidenciales que había en Roma cuando se celebraba un desfile que iba a ser presenciado por importantes personalidades.
Como a la entrada de la tribuna se situaba un guardia que iba vigilando que sólo pudieran entrar los invitados, aquel señor se dirigía al guardia y le explicaba lo que era, diciendole que era "cormorano". Inmediatamente, el guardia le daba paso.
Pero todo esto se acabó cuando una vez el que estaba de guardia, al oir la plabra "cormorano" recordó que el cormorán es un ave pescadora, y a partir de aquel día el "cormorano" ya no pudo colarse en las tribunas.
Por esto no deben ustedes avergonzarse si no saben que significa la palabra camarlengo, que es una palabra italiana tomada de la vieja lengua franca, que la tomó del latin medieval, y que significa lo mismo que "maestro de cámara" que se utilizaba en las cortes de Castilla y de Aragón. El camarlengo, brazo derecho del Papa dentro del Vaticano, es una autoridad que en algunos casos llega a sustituirle en la administración de la casa.
El actual camarlengo tiene ahora 78 años y mucha autoridad, pero no parece que vaya a ser designado Papa si lo que se busca es, como dicen, un cardenal más joven y enérgico. Y esto no quiere decir que el camarlengo no sea enérgico, pero la edad puede limitarle, como ha ocurrido con Benedicto XVI.
Esperemos que el Espíritu Santo ilumine al los cardenales del cónclave.
En cualquier caso, el rojerío está ya al acecho para echársele encima, como es habitual en ellos.Por ejemplo, durante la "gloriosa república" tan elogiada por la zarrapastrosa izquierda nacional, el Papa era Benedicto XV, y el autor de esta "graciosa" caricatura debió disfrutar mucho mientras dibujaba. Y es que son así, y no lo pueden disimular.
No hace falta nada más que abrir Internet, y ya empiezan los rebuznos.
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