Yo no lo quito
Se cuenta, y puede que sea verdad, que cuando Isabel II estaba preparando sus maletas para salir de España alguien, que sería un palaciego, le pidió que se quedara en España para seguir reinando y ganar de este modo laureles y gloria. "Isabelona", al oir estas palabras le contestó: "La gloria para los niños, y el laurel para la pepitoria"
Esta anécdota nos viene a la memoria en unos momentos en que muchos ciudadanos ponen en cuarentena la existencia de la monarquía, claman por una república, a ser posible federal, y pasean por las calles unas banderas tricolor que no son más que el recuerdo de una Segunda República de la que poco bueno se puede contar. Pero la España de hoy es así.
La ignorancia de la Historia de España debe ser el principal bagaje cultural de la mayoría de nuestros políticos actuales, y hay partes de nuestra Historia de las que pocos hablan. Unos porque se avergüenzan de ellas y otros porque lo que pretenden es que la gente las ignore y no pueda sacar consecuencias. Una de estas partes vergonzantes de nuestra Historia es lo que se ha llamado "el sexenio revolucionario", o más delicadamente, "el sexenio democrático".
Este sexenio comienza en 1868 y termina en 1874; y durante estos años se produce "la Gloriosa" cuando Prim, Serrano y Topete deciden acabar con la monarquía borbónica en Cádiz el 16 de septiembre de 1868. Y no deja de ser curioso que el general Serrano, Duque de la Torre, había sido uno de los amantes de la Reina, y a quien ésta perseguía por los cuarteles de Madrid y le llamaba "el general bonito". El 28 de septiembre tiene lugar la batalla de Alcolea en la que el General Serrano derrota a las tropas que apresuradamente se han enviado desde Madrid al mando de don Manuel Pavía y Lacy, Marqués de Novaliches.al que no hay que confundir con "el otro" Pavía que acabó con aquella Primera República que duró 11 meses y tuvo hasta cuatro Presidentes.
Prim, Serrano y Topete
Al desaparecer la Reina, se volverá a plantear en España el problema dinástico, y ello dará lugar a que empiece la tercera guerra carlista, donde el pretendiente será finalmente derrotado y se nombra Rey de España a Amadeo de Saboya, duque de Aosta, que al llegar a España se encuentra con que a Prim lo han asesinado, y a los pocos meses, el nuevo rey, asustado por todo lo que ocurre a su alrededor, abandona España y se instala aquella Primera República Española, que termina en la sublevación cantonal en la que lo de menos es que el cantón de Jumilla declare la guerra al de Murcia, aunque de estas cosas hablaremos más adelante. Y, por si ésto fuera poco, en Cuba se produce el 10 de mayo de 1868, el llamado "grito de Yará", en el que unos cuantos hacendados dirigidos por Carlos Manuel Céspedes declaran la libertad y la independencia de Cuba, a cuyo movimiento se unirían luego Maximo Gómez y Calixto García. Guerra que duró diez años y que terminó con la Paz de Zanjón en 1878.
Por la independencia de Cuba
Todas estas cosas ocurren en un período de tiempo tan corto como seis años de una Historia Milenaria de España, y se comprende que a un historiador le cueste trabajo explicar a sus lectores las cosas que ocurren en un espacio tan breve de tiempo, y a un lector entenderlo. Quizás ésto pueda explicar que ahora estén ocurriendo cosas parecidas en los comienzos de nuestro Siglo XXI; y es porque quienes olvidan o desconocen su Historia están condenados a repetirla.
La Primera República Española comienza siendo unitaria. Y su primer Presidente, Estanislao Figueras, permanece en el Gobierno desde el 11 de febrero hasta el 10 de junio del mismo año, o sea que fué presidente de la República sólo durante cuatro meses, hasta que el 10 de junio pronunció su famosa frase. "Estoy hasta los cojones de todos nosotros", se dirigió a la estación de Atocha, cogió el tren y no se bajó hasta llegar a Paris, desde donde puso un telegrama al Congreso diciendo que había llegado bien.
Al margen de todo ésto, diremos también que Figueras estaba casado con la señora Serrano, tia abuela de Ramón Serrano Suñer.
Al desaparecer Figueras nos encontrábamos con una República, pero sin presidente. Y entonces debió ocurrir un hecho del que poco se conoce, y es que el coronel don José de la Iglesia, de la Guardia Civil, mantuvo encerrados a los señores diputados hasta que se decidieran a nombrar un nuevo Presidente. Y así fué como nombraron a Pi y Margall.
El proyecto de gobierno que presentaba Pi y Margall contemplaba, en primer lugar, terminar con la guerra carlista, la separación de la Iglesia y el Estado, la abolición de la esclavitud y la regulación del trabajo de las mujeres y niños trabajadores y la constitución de un Estado Federal, pero establecido desde arriba a abajo, y no al revés como querian los intransigentes. Además, éstos pedian la supresión de unos impuestos como el estanco de tabaco, la lotería nacional, los aranceles judiciales y los impuestos de consumo que se habian repuesto en 1870 por necesidades del presupuesto.
Esto hizo que a Pi y Margall le estallara la revolución cantonal promovida por los intransigentes, que produjo una verdadera constelación de cantones, los principales de los cuales se pueden ver en este gráfico señalados con el color amarillo, porque los indicados con el rojo rojo se refiere al campo carlista que campaba por sus respetos hasta crear una corte de Carlos VII en Estella
Pi y Margall intentó resolver el problema por las buenas y no pudo conseguir nada. Total, que su Presidencia duró 33 dias. Un record posiblemente jamás igualado.
El tercer Presidente de esta efímera república federal fué un abogado de Barcelona, aunque natural de Alhama la Seca (Almería) llamado Nicolás Salmerón. que era un federalista moderado y no tuvo más remedio que llamar al Ejército poniendo al frente de las tropas a los generales Martinez Campos y Manuel Pavia y Rodriguez de Albuquerque, Ambos eran antifederalistas, pero consideró que en aquellos momentos lo importante era restablecer el orden y envió al primero en direccion a Valencia, y al segundo a Andalucía. Además, movilizó a los reservistas, aumentó la Guardia Civil con 30.000 hombres y autorizó a la Diputaciones a imponer determinadas contribuciones de guerra. Además decretó que los buques armados del cantón de Cartagena fueran considerados piratas.
La mayoría de los cantones duró bien poco y algunos apenas duraron horas pero el que se sostuvo más tiempo fué el canton murciano, con base en Cartagena, importante plaza militar y naval que pronto izó en el castillo de Galeras una bandera que tenía que ser de color rojo, que era el de los sublevados cantonales, pero como en el arsenal no había banderas rojas izó la del Imperio Otomano, a la que pronto hubo que "borrar" la media luna y la estrella blancas.
El Presidente del Cantón murciano era "Antonete" Gálvez, y su primera preocupación fué ampliar las dimensiones de su territorio, y atacó a Lorca, que no se quería sublevar y unirse al cantón de Cartagena, lo mismo que habian hecho Totana y Alhama. Gálvez ocupó Lorca, con una tropa de unos 2000 hombres y cuatro piezas de artillería, izó la bandera roja en el Ayuntamiento y constitutuyó una Junta de Salvación Pública. Pero aquello sólo duró 24 horas hasta que Gálvez regresara con sus tropas a Cartagena.
Antonete Gálvez
Y como en Cartagena disponía de barcos de la Escuadra, el 20 de julio salieron de la base naval dos buques.Uno era el vapor de ruedas "Fernando el Católico" al mando del general Contreras, que salió para Aguilas y Mazarrón, en la costa murciana,y la fragata blindada "Vitoria" al mando de Antonete Gálvez en dirección a Alicante. Ambas expediciones tuvieron éxito porque Mazarrón y Aguilas se unieron al cantón murciano, y Gálvez proclamó el cantón de Alicante constituyendo otra Junta de Salud Pública.
P.S. Continuará mañana "Deo volente".
Es una delicia y una obligación leer todos los días El Alimoche. No puedo dejar de hacerlo. Me entretiene, me instruye, me divierte, me enfada, me intranquiliza, en fin, no puedo dejar de leerlo. Gracias.
ResponderEliminarÁngel
Gracias amigo. Pero a mi me gustaria mucho más poder hablar con más frecuencia del "cortejo de los paladines" y de su paso bajo los "arcos triunfales ornados de blancas Minervas y Martes".como decía Ruben Darío.
EliminarEstoy de acuerdo con Ángel. Me gusta mucho, pero, sin ánimo de ofender, tengo que pedir que se revise un poco más los textos antes de publicarlos, pues salen con muchas erratas. Por ejemplo, hoy, he detectado un par de errores de fechas, aunque, todo hay que decirlo, se ve claramente que son errores tipográficos, no de concepto. Uno de ellos es "la Paz de Zanjón en 1978" y otro "los impuestos de consumo que se habían repuesto en 1970 por necesidades del presupuesto"
ResponderEliminarGracias por la corrección.Pondré más cuidado en las erratas.
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