Yo no lo quito
La ruleta es un juguete muy conocido; y son muy pocos los niños que en algún momento de su vida no hayan podido tener la ocasión de jugar con una ruleta.Hasta este Asno ha utilizado este juguete en su niñez.
En España la ruleta tuvo una importancia muy grande en tiempos de la Segunda República porque le costó un disgusto a don Alejandro Lerroux. Aquella ruleta se llamaba el "estraperlo" porque sus autores, que fueron los que la instalaron en España, se llamaban Strauss y Perle, que eran nombres de origen judío. Con el paso de los años este nombre de "estraperlo" pasó a denominar el mercado negro, y "estraperlistas" a quienes lo practicaban.
El juego de la ruleta es culpable de muchas vidas arruinadas que apostaron repetidamente y perdieron hasta la camisa.
Existe otro juego de la ruleta que tiene la ventaja sobre la anterior que sólo se pierde una vez, y es la ruleta rusa
El problema que ahora se nos está presentando es saber a que tipo de ruleta va a jugar el "Molt Honorable" Artur Mas. Porque el problema que se le viene encima es un verdadero juego de ruleta.
Sin ir más lejos, ayer este Asno se encontró a la salida del Corte Inglés de la Plaza de Maria Cristina con una tienda de campaña de esas que sirven para vender chucherias los dias de fiesta señalados, a una especie de oficina en la que se podían inscribir los partidarios de la independencia de Cataluña. En aquel momento algunas señoras se estaban inscribiendo y ponian su firma en unos papeles que previamente les habían ofrecido.
Esto coincide con lo que señala la prensa sobre la presión de la Generalidad sobre padres y colegios reclamando apoyo al referéndum.
y tampoco es ajeno a estos problemas eso que la Generalidad está haciendo al querer saber quienes son los catalanes que viven en el extranjero y hasta el estudio de la saliva para conocer la "estirpe" de muchos apellidos catalanes, y de lo que comentábamos ayer.
A nuestro entender lo que ocurre es que en Cataluña el número de catalanohablantes, o sea de los que consideran el catalán como lengua propia, de acuerdo con los datos del Institut d´Estadística Catalá, ha pasado a ser de un 38,7 % en 2003 al 34,5 % en 2008.
Pero hablar de datos relativos no tiene sentido porque en estos útimos años ha habido una inmigración notable que, lógicamente, ha venido a influir en estos porcentajes. En cambio es interesante conocer el problema en datos absolutos. En el año 2003 había 2.117. 800 ciudadanos que consideraban el catalán como lengua materna y en el año 2008 esta cifra había crecido hasta 2.186.000. Este crecimiento en cinco años nos indica que el aumento "vegetativo" de la población catalano parlante ha sido más bien escaso. Y se está presumiendo de tener una población de más de seis millones de habitantes.
Y ello no hace más que poner en evidencia lo que ya señalaba en el año 1934 el sociólogo Josep Vandellós cuando se quejaba de que los matrimoinios catalanes prefieren tener " una bicicleta o una máquina fotográfica" a tener hijos, y anunciaba un futuro descenso de la población auctóctona catalana, Y, efectivamente, el Institut dÉstadistica Catalá (Idescat) considera que el catalán es el segundo idioma más hablado en Cataluña, tras el español, que es para la mayoría no sólo lengua habitual sino también lengua materna.
Ahora, si bien es cierto que existen catalanes que tienen hasta catorce apellidos catalanes y que se sienten primero españoles y luego catalanes, también se da el caso contrario. Precisamente, según informes que nos merecen toda confianza, aquella oficina que pudimos ver ayer, y otras extendidas por la ciudad de Barcelona, pertenecen a una organización de castellanoparlantes pero que quieren la independencia. Y no sabemos quien financia esta organización. Por eso no lo decimos. Aunque lo imaginamos al contemplar esta imagen de Elena Valenciano en Viladecans (Barcelona) hace cuatro dias con bandera de Europa y de Cataluña, pero sin bandera española.
Lo que no podemos decir, porque allí no estábamos es si doña Maria Elena Valenciano y Martinez-Orozco, diputada por Madrid y vicesecretaria del Partido Socialista Obrero Español les habló en casellano o catalán, porque en ninguna de las dos carreras que no terminó en la Universidad para dedicarse a la política, debieron enseñarle el catalán.
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