Yo no lo quito
Ayer empezó el reinado de Felipe VI. Y esto nos recuerda que una abdicación no es una decisión extraña en las casas reales de España. Ya Felipe V quiso abdicar, y abdicó en su hijo primogénito Luis I (el único Luis que ha sido Rey de España) que fué el mayor de los hijos que tuvo de su primera mujer, Maria Luisa Gabriela de Saboya: pero el reinado de Luis I duró algo más de siete meses porque murió de viruela y esto hizo que Felipe V volviera a ser por segunda vez Rey de España. A su muerte fué nombrado Fernando VI que gobernó con suma prudencia durante 13 años, hasta que , tras la muerte de su esposa, falleció y fué sustituido por su hermanastro Carlos, hijo del segundo matrimonio de Felipe V con Isabel de Farnesio, que era Rey de Nápoles y se tuvo que trasladar a Madrid para convertirse en Carlos III.
Llama la atención que el despacho del actual Rey está presidido por el retrato de Carlos III, pintado por Mengs, que puede verse en esta foto, lo que hace pensar que el nuevo rey le toma como modelo a imitar en su actual reinado. Nadie duda que Carlos III fué un rey modernizador y regenerador, y que a su paso por España introdujo grandes reformas. Una de las cuales fué la creación de la Academia de Artillería de Segovia, que acaba de celebrar su 250 aniversario. Otra fué la creación de la orden de Carlos III, que bajo el régimen actual se ha concedido muy generosamente entre la actual clase política. Baste decir que, por citar a alguien, la ostentan las ex-ministras Bibiana Aido y Leire Pajín, que no se avergüenzan de que lo que se les ha concedido sea una cruz en cuyo centro figura nada menos que la Purísima Concepción. Lo que no requiere más comentarios.
Si analizamos lo que estos dias se está escribiendo en la prensa al enjuiciar el anterior reinado de su padre Juan Carlos I, este humilde Asno, a quien nadie le ha pedido consejos, se ha decidido a darse -los desde estas páginas. El primero es que no haga caso de las alabanzas que le están dedicando los periodistas; o sea, que no se fie de ellos. Precisamente, quienes han estado estos días proclamando que había terminado "el reinado del mejor rey que ha tenido la Historia de España" , ya están contando a sus lectores las debilidades de su real padre, que han sido muchas y que en estos momentos están urgiendo ese "blindaje" que tanto tarda en llegar.
Que no se fíe de los aplausos que estómagos agradecidos le han dedicado estos días. La gran mayoría de ellos no habría podido llegar a donde han llegado si hubieran tenido que aprobar un medianejo examen de aptitud. Y como mucha gente de ésta va a tener que desaparecer por razones de regeneración, quienes van a tener que hacer horas extraordinarias van a ser los jueces. De momento, El Periódico, aparte de no saber que honestidad es una cosa y honradez otra, saluda a la nueva monarquia calificándola como si la anterior no hubiera podido merecer sus elogios.
otros periódicos se manifiestan decepcionados como éste de Barcelona
o este de Gerona
Y por último, le recordamos este sabio proverbio
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