Premiá de Mar

Yo no lo quito

Los últimos acontecimientos relacionados con el ex-presidente de la Generalidad de Cataluña, Jordi Pujol i Soley, están creando más problemas de los que uno se podía imaginar. Y un buen ejemplo de lo que decimos es el que se le está planteando al ayuntamiento de la villa de Premiá de Mar, en pleno Maresme, con un excelente puerto deportivo, y una casa consistorial que es una de las primeras en que se quitó la bandera nacional, como refleja esta imagen en la que aparece también la bandera que Francesc Maciá diseño en La Habana para el Estat Catalá. En estos momentos no sabemos si este ayuntamiento de está ajustando a la ley. Y la verdad es que nos importa un rábano porque el actual problema es otro

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Y es que Premiá de Mar, que tiene por hijo predilecto adoptivo a Jordi Pujol, disfruta en estos momentos de una estatua de bronce del ex-presidente, obra del escultor  Xavier Martos, que se encuentra en una plaza que tiene el nombre de Jordi Pujol i Soley. Una vista de la estatua es ésta

pero para conocerla de cuerpo entero es mejor observar la que se hizo antes moldear la imagen en bronce, que es ésta

que, como puede verse, está deformada porque al tenerse que instalar sobre un pedestal a tres metros altura, el escultor lo hace a propósito para que los que la contemplen desde el suelo la vean en la dimensión real.

Esta plaza fué inaugurada hace ocho años, el  2 de abril de 2006  y el pedestal de la estatua está soportado por cuatro barras que representan los cuatro palos de la "senyera", y da la casualidad de que la plaza de Jordi Pujol i Soley está junto a un edificio antiguo que se conoció como Can Werboom porque lo ocupaba en el siglo XVII el ingeniero militar Werboom, autor del castillo de Montjuich.

Ahora tenemos que ver, después de las cosas que se han dicho - y las que se dirán más tarde- del que fué "Molt Honorable President", y ya ha dejado de serlo, qué es lo que el Consistorio de Premiá de Mar va a hacer en estos tiempos de la Ley de Memoria Histórica cuando se han  estado eliminando las estatuas de Franco y los nombres de las  calles y plazas de algunos de sus generales. Hasta escudos de los tiempos de los Reyes Católicos que, "como todo el mundo sabe", eran franquistas.