Ridiculos

Yo no lo quito

1.- El Nou Camp.

Tras la derrota en el partido de fútbol del Barcelona ante el Madrid, la Assemblea Nacional de Catalunya decidió publicar este panfleto en el que se invita a los que iban a asistir al siguiente partido con la camiseta amarilla, que es el color que han adoptado los independentistas catalanes. El partido se iba a disputar entre el FC Barcelona y el Celta de Vigo en campo propio y bajo el dibujo del campo puede leerse la consigna del próximo referendum; "Ara es l´hora. 9 N". O sea, que estaba prevista una victoria "culé" precursora de la siguente victoria en el referendum.

Los que siguen el campeonato  de fútbol sabrán que esta vez la victoria fué del Celta de Vigo por un escaso 0-1. Un resultado que nadie había previsto, pero que evidencia la falta de sentido del ridículo de esta gente.

2.- Victor Cucurull.

El Alimoche propone al gobierno de España, tan pródigo en conceder condecoraciones y honores a ministros y políticos en general, que se conceda la Gran Cruz de Carlos III al ilustre historiador de Cataluña que, entre otras muchas cosas, ha descubierto que El Gran Capitán se llamaba Gonçal Folch de Cardona, y que Santa Teresa de Avila era una  era una abadesa catalana del monasterio de Pedralbes.

Este ilustre intelectual catalán había sido hace años miembro de UCD, como puede verse en este cartel de propaganda

y en estos momentos pertenece a la Assemblea Nacional de Catalunya y al Institut Nova Historia, y ha dado ya varias conferencias sobre la "falsificación" de la Historia de Cataluña  que, según él, es la nación más antigua de Europa. Falsificación que hacen, naturalmente, los de Madrit.

            

    Es una lástima que este personaje  no se haya dado cuenta todavía de que la Historia de España no solamente la han escrito los de Madrit, sino muchos historiadores ingleses, franceses, italianos, alemanes y hasta norteamericanos. Y que lo que está haciendo es el ridículo más espantoso, como muchos catalanes de su cuerda. Por divulgar estas ridiculeces el gobierno español debería concederle, al menos, una condecoración.