Yo no lo quito
Hoy cerramos esta serie de "Historias e historietas", pero traemos a estas páginas otra lectura de prensa, esta vez del diario El Mundo de fecha relativamente reciente, porque es del domingo 15 de junio de 2014.
El artículo lleva la firma del periodista Angel Vivas, pero se refiere a una obra escrita por un tal Angel Bahamonde, profesor de Historia de la Universidad Carlos III de Madrid, y autor de un libro titulado "Madrid 1939. La conjura del coronel Casado" en el que critica a los militares que acabaron con la guerra civil bajo las órdenes del coronel Casado que se enfrentó a los comunistas. Lo de apellidarse Bahamonde, suponemos que nada tiene que ver con otros Bahamonde de nuestra reciente Historia.
Lo primero que nos llamó la atención es el encabezamiento del artículo que hace Angel Vivas, en los siguientes términos:
Titular que viene acompañado por otras frases como éstas: "No deseaban perder la guerra, pero tampoco que la ganase la República" y "El ejército del centro, al mando de Casado, mostró una increible inacción, dice el autor".
Uno no va a defender ahora a aquellos militares que estuvieron al servicio del Ejército Popular, que el periodista denomina Ejército de la República, porque lo primero que ignora es la razón por la que este periodista denomina República a aquel batiburrillo en el que se vieron metidos. Militares republicanos los hubo, y muchos, pero no partidarios de lo que degeneró en una revolución, más que popular, populachera. Y no estaría de más que se recordara que el 14 de diciembre de 1930 bajo el reinado de Alfonso XIII, se sublevaron, además de Fermin Galán y Garcia Hernández, otros militares como Ramón Franco Bahamonde y Gonzalo Queipo de Llano. Estos dos últimos se salvaron del fusilamiento porque pudieron huir desde Cuatro Vientos, a Portugal. Por este motivo, la recién nacida Segunda República sólo pudo honrar a los dos capitanes fusilados en Jaca, que aparecen al pié de este cartel de propaganda republicana.
Ni Ramon Franco, ni Gonzalo Queipo de Llano, aparecen en este cartel, pero cuando regresaron de Portugal, recibieron un homenaje por haber actuado contra la monarquía y a favor de la república.
En esta foto destaca, por su estatura, el general Queipo de Llano, junto a Ramón Franco, Largo Caballero, Indalecio Prieto, Albornoz y Nicolau d`Olver.
Recién llegado a Madrid, se nombró a Queipo de Llano General Jefe de la 1ª División Orgánica, y en esta situación le pilló la quema de conventos de Madrid a los pocos días de haberse proclamado la República, concretamente, el día 11 de mayo. Y como el gobierno no quiso detener los disturbios y la quema de conventos, ni en Madrid ni en otras ciudades, porque Azaña había dicho que todos los conventos de España no valían la uña de un solo republicano, el mismo Queipo, alarmado, leyó personal y públicamente el decreto de estado de guerra.
O sea, que quedaba en agua de borrajas todo lo queproclamaba La Voz el 14 de abril de 1931, porque lo que estaba en marcha era otra cosa bien distinta de lo que algunos pensaban.
Lo que no sabemos es si fué a partir de estos desmanes del populacho, o de lo que vino después, lo que hizo que Gonzalo Queipo de Llano se convirtiera en un "enemigo del pueblo", como en estos momentos se le califica. En todo caso, aquella no era la república con la que había soñado cuando conspiraba contra la monarquía en 1930, y contra la que se levantó seis años después.
Posiblemente, los militares que apoyaron al coronel Casado pensaban lo mismo. Aquello no era una República española tal como la concebían los viejos republicanos, sino una sucursal de Moscú. Es decir, algo que repugnaba a su condición de militar. Y, por otra parte, sabían que tras la caida de la zona Norte en manos del ejército nacional, la guerra estaba perdida.
Curiosamente, el socialista Zugazagoitia en su libro sobre la guerra civil española, nos dice que,tras la pérdida de Teruel, en febrero de 1938, tanto el general Vicente Rojo como Hidalgo de Cisneros, llegaron a ofrecerse a Prieto como rehenes de Franco para conseguir la paz. y en julio de aquel año el Presidente Azaña pronunció aquel discurso en el que hablaba de "Paz, piedad y perdón" pocos días antes de comenzar la sangrienta batalla del Ebro que tantas vidas costó a unos y otros. Por cierto que en aquella batalla los mandos de Brigadas y Divisiones eran ya todos comunistas.
Por eso uno no puede menos que preguntarse: ¿A qué república se están refiriendo los "historiadores" de moda?
Gonzalo Queipo de Llano
La inestabilidad social que se produjo a la llegada de la República dió lugar a que el 17 de mayo de 1931 (a la semana de haberse producido la primera quema de iglesias de la República) el político republicano liberal Miguel Maura Gamazo, nombrado Ministro de la Gobernación del Gobierno Provisional de la República se comprometiera a adaptar el antiguo Cuerpo de Seguridad a las nuevas necesidades, mediante una fuerza capaz de hacer frente a las alteraciones de orden público en las ciudades, más ágil y con armamento más moderno, dejando a la Guardia Civil la custodia del campo, que era su auténtica misión.
Por eso, un parte del antiguo Cuerpo de Seguridad se transformó en Guardias de Asalto, pasando a denominarse Cuerpo de Seguridad y Asalto, nombrando Primer Jefe y fundador del Cuerpo al Teniente Coronel don Agustin Muñoz Grandes, que siguió al frente de esta nueva policía republicana hasta el año 1935. En esta imagen se le puede ver con el uniforme del Cuerpo.
Tte, coronel Muñoz Grandes
Don Agustin Muñoz Grandes era un hombre de origen humilde, nacido en Carabanchel Bajo. Ingresó en la Academia de Infanteria de Toledo y fué destinado a Africa donde hizo una brillante carrera militar al mando de tropas indígenas. Recibió una herida grave en una operación, y alcanzó el grado de Teniente Coronel en el desembarco de Alhucemas. Al llegar la República le correspondió a la Guardia de Asalto intervenir contra los anarquistas en Casas Viejas, en 1933 cumpliendo órdenes del gobierno republicano y en Asturias en octubre de 1934, siempre en defensa de la República. Pero no tardó en convencerse de que aquello era ya una merienda de negros con la llegada del Frente Popular; y en 1936 fué detenido en Madrid y condenado a muerte, salvándole la vida el Director General de Seguridad Alonso Mallol, En 1937 se evadió, pasando a la zona nacional.
Posiblemente, los militares que apoyaron al coronel Casado pensaban lo mismo. Aquello no era una República española tal como la concebían los viejos republicanos, sino una sucursal de Moscú. Es decir, algo que repugnaba a su condición de militar. Y, por otra parte, sabían que tras la caida de la zona Norte en manos del ejército nacional, la guerra estaba perdida.
Curiosamente, el socialista Zugazagoitia en su libro sobre la guerra civil española, nos dice que,tras la pérdida de Teruel, en febrero de 1938, tanto el general Vicente Rojo como Hidalgo de Cisneros, llegaron a ofrecerse a Prieto como rehenes de Franco para conseguir la paz. y en julio de aquel año el Presidente Azaña pronunció aquel discurso en el que hablaba de "Paz, piedad y perdón" pocos días antes de comenzar la sangrienta batalla del Ebro que tantas vidas costó a unos y otros. Por cierto que en aquella batalla los mandos de Brigadas y Divisiones eran ya todos comunistas.
Por eso uno no puede menos que preguntarse: ¿A qué república se están refiriendo los "historiadores" de moda?
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