Leemos en la prensa diaria que ahora el Gobierno quiere abrir la fosa turolense donde yacen 46 soldados fusilados por indisciplina tras la caida de Teruel, en Mora de Rubielos. La historia es como vamos a contarla.Y para darse cuenta de las condiciones en que lucharon los soldados de ambas partes basta ver este cartel que editaron las organizaciones anarquistas, y que apareció por las paredes de las casas en zona roja
En efecto, aquel invierno fué el peor de todos los que sufrieron los soldados que combatieron en la guerra, llegándose a temperaturas de 20 grados bajo cero que fueron la causa de que las operaciones sufrieran una detención cuando se estaba a punto de recuperar la ciudad por parte de las tropas nacionales. Pese a todo, Teruel estuvo ocupada por los rojos solo un mes porque en febrero ya se pudo recuperar.
Entre las unidades rojas que atacaron Teruel estaba el V Cuerpo de Ejército que mandaba el comunista Modesto Guilloto y a este CdE pertenecía la 40 División, que fué la encargada de combatir en las calles de Teruel. Al Jefe de esta División, Andrés Nieto se rindió el Coronel Rey de Harcourt. Caido Teruel, se retiró a esta División del Frente y se les concedió un permiso.
Sin embargo, las tropas nacionales apretaban a primeros de Enero de aquel 1937, y hubo necesidad de hacer regresar a esta tropa al frente, y se negaron los Batallones 1º y 2º de la 84 Brigada Mixta que mandaba el Mayor Benjamin Iseli. Este acto dió lugar a que se fusilara a los que se suponía que eran responsablesde aquella "rebelión frente al enemigo". Estos fueron 3 sargentos y 43 soldados que fueron pasados por las armas, y otros 82 soldados más fueron procesados. Estos 46 fusilados son los que ahora se quiere desenterrar en Mora de Rubielos.
La caida de Teruel, la primera y única capital de provincia que caía en manos del ejército popular, que atacó con dos Cuerpos de Ejército y otro de reserva, fué objeto de una gran propaganda. Tanto, que se hizo una película, y hasta la famosa Dolores Ibarruri "la Pasionaria", se hizo una foto en la Plaza del Torico, como puede verse en esta imagen
Sin embargo, la rápida recuperación de aquella capital por las tropas nacionales y su llegada al mar en Vinaroz, lo único que demostró es que el camino estaba abierto hacia el final de la guerra. Esta "victoria pírica" se la atribuyeron Vicente Rojo y Hernandez Sarabia, pero mejor hubiera sido no hablar de este tema, que tantos sufrimientos y muertos produjo, y aún tendría que producir seis meses más tarde en la batalla del Ebro que no tuvo otro objeto que prolongar la guerra para ver si estallaba en Europa el conflicto que se estaba viendo venir, y que llegaría cuatro meses más tarde, cuando en España la guerra había terminado ya.
La batalla de Teruel la provocó el bando rojo para evitar que Franco ocupase Madrid, que es lo que el mando nacional estaba preparando por aquellas fechas.
Luego hay quien tiene la desvergüenza de escribir que a Franco le interesaba prolongar la guerra. Y es que hay gente para todo.
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