La izquierda de las barricadas, ésta que tanto aulla ahora, ya ha lanzado un cóctel Molotov ayer a un local del PP en Pontevedra, y hoy ha asaltado una sede el PP de Madrid en la calle de Hortaleza, llevándose una caja de caudales con documentación, seguramente listas de afiliados y quizás algo de contabilidad. La verdad es que uno no sabe qué clase de documentación se archiva en estas sedes pero , en cualquier caso, estamos llegando a los años 30. Y eso, insistimos, lo ha dicho Santiago Carrillo, que de esto sabe mucho. Y es que la cosa empieza a oler ya a barricada.
Quieren hacer su revolución. Aquella revolución que tenian al alcance de la mano el 16 de febrero de 1936 pero que el Alzamiento Nacional cortó por lo sano. Quieren ganar una guerra contrarrevolucionaria que perdieron hace 71 años y piensan que ha llegado la hora de la revancha. Las razones por las que se pierde una guerra son muchas, pero como una imagen vale más que mil palabras, vamos a pasar revista a a algunas imágenes de aquella época "gloriosa".
Esta es del dia 21 de julio de 1936. Un grupo formado por dos guardias de asalto y algunos paisanos circulan por la calle de Anselmo Clavé en dirección a Atarazanas. Llama la atención su marcial apostura y bizarría. Los tiros ya no suenan por las calles y ha empezado la revolución.
Los "registradores de la propiedad" (o sea, los que hacen registros) ponen tanto fervor en su trabajo que pronto empiezan a aparecer carteles como éste en el que se dice que "el pillaje deshonra el triunfo, y hay que evitarlo".
Pronto llegará la guerra "en serio" y empezarán a aparecer otros carteles que nos indican las cosas que se intenta evitar que ocurran en este paraiso revolucionario. Por ejemplo, ésto
Los defensores de la democracia van a tomarse los cafés al bar de la esquina llevando su fusil o pistola, que le van a servir para hacer registros o cargarse a alguien que no les mola demasiado.
El fusilamiento es algo tan natural, que hasta los niños han aprendido y juegan a ello como puede verse en esta foto de Agustín Centelles.
Pero en el frente no sólo causan bajas las balas. Había otras formas de producirse bajas, como indican estos carteles. ¿Eran tantas la bajas que había que hacía falta pegar estos carteles por las calles?
Se cuenta que Durruti hizo fusilar a un numeroso grupo de individuas del barrio chino que se habían alistado como milicianas, lo que no es rigurosamente cierto. Se limitó a meterlas en un vagón y enviarlas a Barcelona. Algunas regresaron al poco tiempo.
¡A las sacristias! En vez de ir a las barricadas algunos se encontraban mejor en las sacristias, o lo que quedaba de ellas.
¡Como añoran aquellos buenos tiempos...!
Y para terminar esta página, la Ministra de Sanidad, sobrina de ese ex-fiscal Jimenez Villarejo que estaba bramando en el aquelarrre de la Universidad Complutense contra los miembros de Tribunal Supremo, acaba de declarar que los médicos especialistas que hacen horas de guardia, cobran lo mismo que un Ministro.
Suponemos que los que hacen abortos también. Incluso más que un ministro.
Los médicos deben estar encantados. ¿Serán ellos los culpables de la crisis que estamos padeciendo?
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