domingo, 30 de septiembre de 2012

Sigue Octubre

Yo no lo quito

Ayer hablábamos la revolución de Octubre en Cataluña. Aquello no era una revolución, sino un acto de rebeldía y separatismo organizado por los discípulos del coronel de ingenieros golpista Francesc Maciá que no pudo conseguir nada en aquel golpe de Prats de Molló; incluso contra el criterio de su principal protagonista, que era el Presidente Luis Companys, que se tiró a la piscina sin darse cuenta de que estaba vacía.

Algo debió temer cuando, una vez terminada su alocución por radio al pueblo catalán, comentó dirigiéndose a los que le acompañaban:

 "Ja està fet. Ja veurem com acabarà. A veure si ara també dieu que no soc catalanista" (ya está hecho. Ya veremos como acabará. A ver si ahora tambien decis que no soy catalanista). Porque eso es lo que decían los de Estat Catalá que eran los que le empujaban.



La aventura catalana terminaría, no en diez horas, como escribió Angulo, pero poco más. En cambio en el resto de España la revolución de 1934 de desató en casi toda ella, aunque sólo durase unas horas, excepto en Asturias donde se desarrolló una guerra que duró diez y ocho dias.

Aquello fué una reacción clara de la izquierda española, fundamentalmente del Partido Socialista, que perdió las elecciones de noviembre de 1933, probablemente a causa del voto femenino porque aunque las mujeres podían ser votadas, la República no les permitía votar hasta que lo consiguó la diputada del Partido Radical Clara Campoamor. La izquierda se oponía por medio de otra diputada, también abogado, del psrtido radicalsocialista, Victoria Kent.

Victoria Kent

Los partidos de la izquierda consideraban que las mujeres de aquella época estaban demasiado condicionadas por su educación religiosa y que si se les permitía votar saldrian perdiendo ellos. Los votos de la derecha y centro fueron los encargados de dar el voto a la mujer, y algunos socialistas también. También ocurrió que en las elecciones de noviembre de 1933 la derecha y el centro votaron unidos, mientras que la izquierda votaba desunida.

Clara Campoamor

Cuando los socialistas se dieron cuenta de que, por primera vez, habían perdido las elecciones, decidieron llegar al poder por cualquier medio. Y en la España violenta de la República, nada mejor que organizar si Revolución. Y así lo daban a entender, porque en eso sí que no mentían, que es lo que hacen ahora. Lo decían abiertamente para calentar a sus votantes.



Y para conseguir su objetivo, nada mejor que imitar aquel otro octubre de 1917 que se había organizado en Rusia, Es decir, a bombazo limpio


Y para conseguirlo, nada mejor que calentar a sus bases.





Estos titulares, y muchos otros más, pronosticaban lo que iba a ocurrir. Los que iban a asaltar la Segunnda República  dos años antes de que Franco lo hiciera en 1936.

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