Yo no lo quito
1.- 1 de abril de 1939.
Esta es una fecha memorable para todos aquellos que hemos vivido la guerra de 1936-39. Hace 74 años que terminó aquella guerra y desde entonces han estado escribiendo sobre ella un montón de libros y artículos de todas clases.
Se dice que la Historia la escriben los vencedores; sin embargo nos parece a nosotros que quien más ha escrito sobre ella han sido los vencidos. Porque los vencedoree bien pronto dejaron de escribir sobre ella porque había otras cosas que hacer, que eran levantar la España del botijo y el borrico y convertirla en la novena potencia industrial del mundo.
Pero todos los que, desde fuera de nuestras fronteras, hicieron lo que pudieron para evitar el desarrollo de nuestra Patria, necesitaron explicar su derrota y para ello inventaron eso de la Memoria Histórica, que no es más que un fraude que se ha estado divulgando a través de nuestras Universidades y que ha servido para alimentar el intelecto de un buen número de españoles.
Justo es decir que a esta labor no son ajenos los "escribidores" de los medios de difusión, cuya imaginación es considerablemente superior a la nuestra en eso de falsificar la verdad. Sin ir más lejos, hoy mismo, haciendo zapping con la caja tontona hemos podido enterarnos de que los generales que se sublevaron en julio de 1936 habían recibido un millón de pesetas para comprar su fidelidad al Alzamiento. Lo que no dicen es que los generales, en su inmensa mayoría, fueron los que no se sublevaron. Pero queda muy bien decir estas mamarrachadas.
El caso es que no sabe uno si decir que se ganó o se perdió la guerra esa que ahora no se quiere olvidar, sobre todo por los españoles que tienen menos de 74 años, que son los que no pudieron vivirla.
¿Por qué las fuerzas "democráticas" perdieron la guerra esa que ahora quieren ganar? Pues no hay nada mejor para enterarse de ello que leer las memorias de Azaña o de Alcalá Zamora para entender qué era lo que estaba ocurriendo.
Curosamente, el dia 8 de agosto de 1936, a los veinte dias de iniciadas las operaciones, el ministro socialista Indalecio Prieto (aquel que había sacado una pistola en el Congreso de los Diputados en 1934), pronunció un discurso para elevar la moral de las fuerzas defensoras de la libertad, en el que manifestaba:
" Todo el oro de España, todos los recursos monetarios españoles válidos en el extranjero, todos, absolutamente todos, están en poder del Gobierno. Son las reservas de oro que han venido garantizando nuestro papel moneda. El único que puede disponer de ellos es el gobierno....Y con los recursos industriales de la nación también totalmente en manos del Gobierno, podría creerse hasta la esfera de lo legendario el valor bélico de quienes impetuosamente están en armas contra la República, y aún así, aun cuando su heroísmo llegara a grados tales que pudiera ser cantado ensalzadoramente por los poetas que quisieran adornar la Historia de esta época triste de la República, aún así sería inevitable, inexorable"
Hermosas palabras, pero que de poco servirían, porque treinta y tres meses más tarde, España se levantaría pudiendo leer en la prensa este lacónico mensaje
Por cierto, va a ser un poco difícil encontrar por Interner este discurso del 8 de agosto de 1936.
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