viernes, 12 de julio de 2013

Verdades a medias.

Yo no lo quito

El famoso arquitecto Josep Puig i Cadafalch había nacido en Mataró el año 1867; y, como hijo de la "Renaixença", salió catalanista y se afilió a la Lliga Regionalista donde tampoco desempeñó, pese a su categoría intelectual un papel importante, pero construyó en Barcelona y pueblos de Cataluña sus obras dentro de lo que se llamó el modernismo catalán y que hoy vienen a admirar los turistas extranjeros.

En el año 1919 construyó en el centro de la Plaza de España un monumento consistente en cuatro columnas que representaban las cuatro barras de la que llamamos bandera catalana, que son las barras del Rey de Aragón.. Aquel monumento era un símbolo del catalanismo que se respiraba por aquellos años.

Aquellas cuatro columnas duraron hasta el año 1928 porque la plaza se remodeló para crear la famosa Exposición del año 1929, y las columnas del monumento no dejaban ver bien la entrada a la Exposición con la fuente luminosa y al fondo el Palacio Nacional. Ahora se han vuelto a instalar esas columnas, a las que se ha añadido una dedicatoria. Y el blog "La Voz de Barcelona" nos proporciona información gráfica de este suceso.


Ahora bien, hay muchas formas de explicar un hecho histórico. Así, Viquipedia nos explica que Puig i Cadafalch: "Després de la Guerra Civil va estar exiliat a França entre el 1936 i el 1942, install-lant-se a la Catalunya Nord per estudiar els monuments románics de la zona". Y como ese  "després" fué el año 1936,  está claro que Puig i Cadafalch fué uno de aquellos catalanistas de la Lliga que se vieron obligados a escapar de la Cataluña del Presidente Companys porque veian que su vida peligraba, como la de tantos otros. Por supuesto, regresó en 1942 a la Cataluña ocupada por el sanguinario Dictador anticatalán Franco, donde siguió viviendo catorce años años más hasta 1956, siendo enterrado en el cementerio de los Capuchinos de Mataró.

Por cierto que durante esos años se dedicó a la reconstrucción del Institut d´Estudis Catalans como presidente  y único miembro fundador existente en aquellos años. Entre 1949 y 1954 publicó tres volúmenes sobre la escultura románica en Cataluña. Labor que ejerció bajo la dictadura del sangriento y anticatalán Francisco Franco.

Por otra parte, es cierto que bajo la dictadura de Primo de Rivera tuvo lugar la demolición del monumento, pero la Dictadura empezó en 1923 para terminar en 1929. O sea que la demolición en 1928 se debió a la construcción de la Exposición Internacional de Barcelona, y no al golpe de Estado de Primo de Rivera que, dicho sea de paso, fué muy bien recibido por la alta burguesía catalana.


Ultimamente, el alcalde de Barcelona, Trias, ha añadido una inscripción en la base de una de las columnas en la que se ha escrito (traducimos) "Monumento nacional de homenaje a los hombres y las mujeres patriotas catalanes de todos los tiempos". Lo que, escrito en catalán supone el empleo de 71 letras de bronce con una aplicación antigrafitti que ha costado al Ayuntamiento 18.769 euros. O sea, que cada letra sale a 264 euros.

Lo que nos llena de satisfacción.

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