Yo no lo quito
Según LA VANGUARDIA, había algo de confusión sobre el supuesto ataque. Mejor dicho, sobre el supuesto "nuevo" ataque, lo que da idea de tratarse de una repetición de otro ataque. anterior. Tan "supuesto", que el todavía joven Gadafi apareció en esta imagen de la Televisión con la cabeza vendada. En cambio, no aparece la hija adoptiva del dictador, que tenia 15 meses de edad, y murió víctima del bombardeo. La mujer y los otros hijos de Gadafi tuvieron que ir al hospital para curarse de sus heridas.
Como es habitual en estos casos, el Presidente de los EEUU, que era Ronald Reagan, negó ser el responsable de este atentado. Y hasta Felipe González, que por aquellos años estaba "ocupado" con el GAL, mostró públicamente su desacuerdo por el "método utilizado" por los Estados Unidos.
El caso es que de estas cosas no habla para nada la prensa española; pero sí hemos tenido, ocasión de leer repetidamente lo que la memoria histórica de la prensa recuerda del atentado de Lockerwille, que fué una salvajada terrorista estimulada por Gadafi, por supuesto, sobre un avión de la PanAm, que ocurrió dos años después de este ataque a Trípoli, y que tiene todo lo que obliga a pensar que fué una venganza de Gadafi y un aviso a los EEUU.
A mayor abundamiento, la prensa pone en la boca de muchos políticos españoles, y en la pluma de sus escribidores, ua serie de "palabros" destinados a calificar a este individuo, a quien acusan de asesino, criminal, genocida, y otras lindezas por el estilo. Es como un monigote de pim pam pum. Sin embargo, nadie proporciona imágenes ni datos de ese genocidio. Hasta Jimenez Losantos, que es tan liberal y al que le producen repelús los dictadores, no tiene más remedio que decir que no se tienen estos datos. Datos que tenemos que admitir si somos hombres de fé. Y se sabe que:"Fides est credere quod non vides". Y la fé progre exige que se crean estas cosas.
Nosotros, que no somos liberales, en el sentido político de este término, ni gozamos de la fé progre, pensamos que habría que decir algo a este respecto. Y para ello tenemos a un excelente investigador, que es el Juez Garzón, para pedirle que mientras unos van desenterrando el petróleo ese que tanta falta nos hace, él vaya desenterrando los cadáveres de los que fueron víctimas del genocida Muhammar el Gadafi.
Podríamos enviarlo a Libia.
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