martes, 22 de marzo de 2011

Compañeros de cama





Yo no lo quito




Pues no sabemos si fué a Fraga a quien se le ocurrió decir aquello de que: "La política hace extraños compañeros de cama", pero muy bien se le podía haber ocurrido a él. Quede claro que no afirmamos seriamente porque nos falla la memoria, como buenos ancianetes que somos.




Pero ocurre que, según dijo aquel maestro de estrategas que se llamó Carl von Clausewitz: "La guerra es la continuación de la política por otros medios", Por eso no debe extrañarnos que a la cama de un grupo más bien reducido, eso sí, de democracias occidentales se les haya unido una nación, el Emirato de Qatar, democrática como no hay otra, para atacar al "sátrapa" libio, tan poco dado a ofrecer a sus súbditos las delicias que gozan nuestras democracias occidentales.




Y esto no se lo puede perdonar a Zapatero esa ultraderecha casposa que escribe en LA GACETA para insultar a nuestro benemérito Presidente, con titulares como éste con el que no hacen más que repetir que si vendió armas a Gadafi, que si patatin , que si patatán.





Lo que no entiende la zafia derechona es que Zapatero es un pacifista. Y que lo único que se le puede imputar es el hecho de deshacerse de un material bélico que nuestro ejército no necesita para nada, y vendérselo al sátrapa para mantener en nuestras fábricas de armas los puestos de trabajo. Apoyado también por las fuerzas sociales, como puede verse en esta foto.





¿Cuantos obreros se habrían ido a la calle si Zapatero no hubiera vendido estos medios de defensa a Libia? ¿Cuantos "intelectuales" como los que aparecen en esta foto, se irían a la calle para aumentar el número de parados, si Zapatero no tuviera dinero suficiente para financiarlos?


Pues esta es la razón por la que nuestro benéfico Presidente se quita de encima esas armas para poder atender a las necesidades de nuestra cultura, que buena falta hace.



Cuenta la Historia que cuando el almorávide Yusuf ibn Tahsufin entró en Córdoba, en cuanto se sentó en el trono que había sido de los califas, los poetas que eran las "fuerzas sociales" de la ciudad, se vistieron sus mejores ropas, se perfumaros las barbas, y se`presentaron ante el nuevo amo del cotarro para homenajearlo con sus versos escritos en un árabe literario que haría las delicias de nuestros arabistas actuales.


Pero Yusuf era un saharaui salido de las entrañas de lo que hoy llamamos Mauritania, y no hablaba árabe. Por eso, cuando los poetas terminaron, se volvió al Gran Visir y le preguntó: "¿Que es lo que quiere esta gente?" El Gran Visir le respondió escuetamante: "Quieren pan".


Por eso, ahora nuestros "Intelectuales" empiezan a renegar de eso que habian escrito en la pancarta, y consideran que se trata de una guerra justa. Y alaban la actitud de Zapatero.


También quieren pan.


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