Yo no lo quito
1.- La mangancia.
Siempre hemos dicho que una de las mejores fuentes de información que tenemos es el Boletin Oficial del Estado. Y en el caso de lo que ocurre con ese dinero que "no es de nadie", porque es nuestro y nosotros no somos nadie, el BOE nos puede dar ideas muy claras porque es una información forzosa (o forzadamente) fidedigna. Por ejemplo, si queremos saber cuales han sido las asignaciones que han tenido los sindicatos a lo largo de estos años de democracia, podemos consultar el BOE y tenemos el problema resuelto.
En este gráfico puede seguirse la evolución de estos ingresos sindicales a lo largo de estos últimos años, y ello nos permite conocer la razón de que hayamos llegado a más de cinco millones de parados sin que los "poderes sindicales" no hayan dicho ni mu.
Naturalmente, la derrota socialista del 20-N les hace pensar que esta curva no va a seguir creciendo, sino que ha llegado a un punto de inversión, y eso no están dispuestos a permitirlo. La solución de sus problemas ya sabemos todos cual va a ser; la calle. Y en eso estamos.
2.-Rubalcaba.
Nos ha hecho mucha gracia el argumento que utiliza Rubalcaba para justificar su apoyo a los sindicatos. Dice que él está a favor de los sindicatos mientras el PP esté a favor de la Conferencia Episcopal. Un argumento muy razonable. Y es que los sociatas odian a la Iglesia porque se opone a los más nobles derechos de la ciudadanía sociata, que son el botellón y la "putición". Naturalmente, se opone también al asesinato de tiernos infantes, que es otro de los legítimos derechos adquiridos y por los que se ha estado luchando desde las filas socialistas.
Y es que Rubalcaba, vaso de perdición y habitáculo de todos los espíritus inmundos, disfruta al pensar lo que le espera a la Iglesia en cuanto él alcance el poder.
3.- Buenas noticias.
Menos mal que hay algo bueno que contar. En realidad lo que hacemos es ampliar lo que decíamos ayer sobre la enseñanza militar. Y es que el Ministro Morenés ha despedido al anterior Director General de Reclutamiento y Enseñanza Militar, llamado por mal nombre Javier García Fernández, sustituyéndolo por el general Juan Antonio Alvarez Jiménez, del que tenemos razones para esperar noticias satisfactorias.
Lo primero que tenemos que decir es que el despedido había sido nombrado por la anterior Ministra de Defensa, Carmen Chacón, con arreglo a las normas de su Presidente del Gobierno, el también conocido, para nuestra desgracia, José Luis Rodriguez Zapatero.
El sujeto éste no era militar sino catedrático de Derecho Constitucional. O sea, un verdadero experto en Reclutamiento y en Enseñanza Militar. Y su nombramiento debió obedecer a la idea de triturar la Academia General Militar, que era una de los obras predilectas de Franco; aquel señor que tenía una estatua ecuestre en la puerta de la Academia que él fundó, y que fué retirada de allí cuando los cadetes estaban de vacaciones.
Nadie más indicado para ello que un civil republicano, amante de la memoria histórica zapateril, y que publicó durante su estancia en el Ministerio de Defensa, un libro titulado "25 militares de la República" en el que defiende la idea (muy brillante) de la profesionalidad de los oficiales que no se sumaron a la rebelión frente al mito de que no estaban a la altura de los sublevados. También sostuvo en declaraciones a la prensa que no se podía comparar la represión practicada por el ejército republicano, aunque pueda parecer repugnante "en términos actuales", con la represión sistemática y fria del "bando golpìsta".
Este era el pájaro que organizó la Enseñanza Militar en 2010 según las normas de la Ministra Chacón y Presidente Zapatero. Con lo cual, ha creado un conflicto con las escuelas de ingenieros que aún no está resuelto porque consideran poco compatibles los estudios que imparten las nuevas "universidades militares", que son una por cada Ejército, con los de las facultades civiles. Y se niegan a colegiar a los futuros oficiales para desempeñar una profesión civil.
Un ejemplo de ello, para bochorno de este sistema zapateril o chaconil, es que a los pilotos del Ejército del Aire se les exige solamente un 40% de las materias específicas de las Escuelas civiles, mientras que los del Ejército de Tierra tienen que estudiar más asignaturas de ingeniería que los pilotos de caza, Y ello hace que los suspensos abunden por todo lo que hemos explicado en Alimoches anteriores.
Por cierto, suponemos que en el libro que escribió este sujeto titulado "25 generales de la República" y que se refiere, entre otros, a los generales José Miaja Menant y Vicente Rojo Lluch no debe aparecer este documento. Como no hemos leido el libro, "suponemos" que este documento no aparece en la biografía de ninguno de los dos.
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