Yo no lo quito
Como cada día que pasa se publica un nuevo escándalo en el que está pringada la Junta de Andalucía donde han morado los socialistas desde hace treinta años, esta vez tenemos que hablar del tema de Invercaria, una empresa cuya presidenta y consejera delegada era esta señora que, dicho sea de paso, no es de mal ver.
Su nombre es Laura Gómiz Nogales, cordobesa, licenciada en Economía por la Universidad de Sevilla, y con un máster que culminó como miembro del equipo de Auditoría y Consultoría en la oficina de Sevilla de Deloitte & Touche España.
Luego se trasladó al grupo sevillano Bogaris donde fué directora financiera primera y después directora general de la División Agroindustrial. En esta empresa contrató a Iván Chaves, hijo de del expresidente andaluz para que asesorase a Bogaris, empresa en la que trabajaba.
En marzo de 2009 fué fichada por el entonces consejero andaluz de Innovación, Francisco Vallejo, para la Dirección General de Inversaria, y en julio de 2010 fué nombrada presidenta y consejera delegada de Inversaria, cargo en el que se mantuvo hasta el pasado 21 de febrero de este año 2012, cuando tuvo que dimitir tras conocer que el exdirector de Promoción de Inversaria había grabado una conversación en la que presuntamente le obligaba a realizar unos informes falsos.
Aunque no tiene un perfil socialista acusado, fué concejal suplente en su pueblo natal, Alcaracejos, y se le consideraba como una persona inteligente y preparada. Su dimisión parece que tiene por objeto preparar su defensa en espera de lo que la juez Mercedes Alaya disponga, porque esta juez, que también tiene lo suyo de guapa, está acumulando informes sobre los EREs de la Junta de Andalucía que ahora gobierna Griñán.
La verdad es que a Mariano Rajoy los socialistas se la han preparado buena y gorda, pero a Rubalcaba también los socialistas se lo están poniendo como a Fernando VII. Además este Griñán parece que es de los que se arrimaban a la Chacón. O sea, que el desbarajuste sociata es de órdago.
Post Scriptum.
Merceditas. Bendita sea la madre que te parió y los pechos que te amamantaron. Como este Asno de Rotterdam es muy viejo, no quiere morirse sin antes haberte dicho lo que piensa de ti.
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