Yo no lo quito
En esta cosa que algunos llaman democracia, tenemos la suerte de que todavía no se ha llegado a aquellos extremos de los que fué testigo la segunda república española, cuando algunos diputados entraban en el hemiciclo llevando una pistola en el bolsillo, llegando a sacarla en medio de una discusión, como aquel diputado socialista que se llamó Indalecio Prieto con la que amenazó a otro de la derecha. La prensa recogió aquello
Pero, aunque no se llegó a estos extremos, el diálogo de ayer entre el Presidente del Gobierno y el representante de la oposición, no pudo menos que recordar a este Asno, aquella anécdota de nuestra historia parlamentaria. Porque el enfrentamiento se convirtió en un bronca en la que Sánchez no hizo más que repetir lo que desde hace semanas viene diciendo en el Congreso, aunque esta vez ha sacado de quicio a Rajoy al decirle que; "Usted no es una persona decente", y se lo dice un socialista; el aspirante de un partido que desde el comienzo de la transición está plagado de delitos. Ante lo que Rajoy ha tenido que abandonar su tradicional actitud para espetarle que: "Usted es un ruin, mezquino y miserable".
La impresión que ha dejado Sánchez a cualquier observador medianamente culto es que se ha tirado a la desesperada utilizando un lenguaje que es muy querido por la izquierda, y para lo único que le ha servido es para recibir un merecido calificativo por parte de Rajoy. Mientras tanto, en Barcelona los seguidores de Ada Colau se han dedicado a ensuciar las sedes de "Ciudadanos". Eso sí que lo saben hacer porque tienen ya muchas horas de aprendizaje.
Dentro de cuatro días será la "jornada de reflexión". Veremos cómo se reflexiona.
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