domingo, 18 de agosto de 2013

La bandera de mochila

Yo no lo quito

El pasado año tuvimos ocasión de ver un reportaje en video sobe un acto que se celebraba en la Academia General Militar. Acto desconocido por este Asno, que no tuvo ocasión de saber qué era eso. Y como suponemos que a  la mayoría de nuestros lectores les debe ocurrir lo mismo, vamos a aclarar un poco estas cosas, porque se trata de una tradición que se está recuperando en unos momentos en que otras se están haciendo desaparecer.


La llamada "bandera de mochila" o "bandera de percha" era un trozo de tela de unos 80x60 cm de tamaño que se entregaba, a partir del año 1860 (aproximadamente) a todos los soldados que iban a cumplir su servicio militar en Africa. Esta bandera iba a cumplir varias misiones. Una de ellas es cubrir las pertenencias del soldado que colgaban de una percha (por aquellos años no había taquillas) para protegerlas del polvo, lo que justifica esta segunda denominación; y en sus traslados la guardaba en la mochila. De donde viene la primera denominación.

Una de las misiones que cumplía era señalar la presencia de tropas españolas cuando se conquistaba un objetivo para informar a las de retaguardia. Otra era cubrir la cara del fallecido cuando no quedaba más remedio que enterrarlo "in situ" por falta de medios de recuperar el cadáver y trasladarlo a su pueblo de origen, para no tener que cubrir su rostro con tierra extranjera.
 Por eso se cantaba aquello de:

"El dia que yo me muera
si estoy lejos de mi Patria
sólo quiero que me entierren
con la bandera de España"

Y si el soldado regresaba a su Patria, una vez licenciado conservaba su bandera como testimonio de haber cumplido su servicio militar.

Esta costumbre desapareció el año 1927, y ahora está volviendo a aparecer en las unidades de choque del Ejército Español, de lo que dan prueba estas imágenes


Quienes han recuperado esta tradición han sido los componentes de la Asociación de Reservistas Españoles ARES. Y a los cadetes de las Academias Militares lo que hace es recordarles su condición de soldados dispuestos a morir por España, y también por los españoles, aunque muchos de éstos no lo merezcan.

sábado, 17 de agosto de 2013

Exercit catalá

Yo no lo quito

Para tener una idea de la empanada mental que en estos momentos está viviendo la población separatista catalana, vamos a comentar dos noticias que hemos recibido en esta redacción. La primera de ellas se refiere a la creación de un futuro ejército catalán cuyas características está definiendo  el CEEC (Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña), a cuya cabeza se encuentra Miquel Serrallés. Todas estas cosas, por supuesto para la creación de un futuro estado catalán dentro de Europa

         
              

Porque si algo está claro para esta gente es que no basta cor organizar manifestaciones como las habidas hasta ahora, o la que se va a celebrar este 11 de septiembre, sino que hay que pensar en otros problemas más serios.

Y este es el berenjenal en el que está metido el CEEC bajo la dirección de este ciudadano Miquel Serrallés, licenciado en Filosofía y Letras, cofundador de CiU, y antiguo Jefe de los Mozos de Escuadra en tiempos de Jordi Pujol.


Este ejército catalán podría disponer de unos 25.000 soldados profesionales, integrarse en la OTAN, y tendría la misión de proteger a los ciudadanos catalanes dentro y fuera de su territorio.Y la razón que da Artur Mas para que se pueda, y deba formar este equipo, es que somos "8 millones de habitantes"; una cifra equiparable a Belgica, Noruega y Holanda que tienen ejército propio.Por tanto ello nos exigiría disponer de un sistema moderno de seguridad, responsable también con nuestros aliados de una defensa común. Esta es la razón para disponer de un ejército propio y cuyo gasto no fuera superior al 1,5 % del PIB catalán.

Ahora bien, para evitar molestias al ciudadano (como dicen los italianos: "La guerra e bella ma incómoda") al tener campos de tiro próximos a una población, "se podrian establecer convenios de colaboracion con otros estados de nuestro entorno para poder usar sus polígonos" .

Habrá que crear un Ministerio de Defensa a cuyo frente se colocaría a un político, que tendría a un Secretario de Defensa y seis Direcciones Generales (un embrion de Estado Mayor) que se encargarian del reclutamiento de personal y de  los recursos materiales. De este modo, el Ministro tendrá un asesor político que, con asesoramientos externos, "deberá nombrar un jefe militar de la defensa e integrar, como mandos. en las seis direcciones generales a ciudadanos catalanes que tengan formación militar.

En sus orígenes, a este ejército no le quedaría más remedio que reclutar millitares en el ejército español.Lo que implicaría realizar una "depuración" que pueda garantizar su lealtad. En principio, deberá haber nacido en Cataluña, disponer del actual nivel C de catalán y tener formación como mando en el caso de los militares de mayor graduación, los cuales habrán tenido que pasar por unas pruebas físicas y psíquicas y otras médicas. El cargo de Jefe de Estado Mayor de la Defensa recaería por antigüedad en el mando de mayor graduación que se nombre.

El CEEC es consciente de que es muy probable que no se encuentre en el Ejército español ningún teniente coronel, coronel o general de las fuerzas armadas españolas en activo que se quiera presentar para formar parte del ejército catalán; no obstante, la situación podría ser diferente con los mandos intermedios, suboficiales, alféreces, tenientes, capitanes y comandantes.

Resumiendo: "este traspaso de personal no deberá hacerse automáticamente, sino tras una selección muy cuuidadosa que permita seleccionar al personal más critico y comprometido con la nación catalana y que pueda aportar la parte más positiva de las FAES; es decir, la relativa a la modernización y la apertura a doctrinas de los paises occidentales de mayor tradición democrática".

Por ejemplo, no se deberá permitir que ingresen en las fuerzas armadas catalanas a estos cadetes de la Academia General Militar  que exhiben impúdicamente la bandera "franquista".



¡Hasta ahí podíamos llegar...!


La otra cuestión que también se ha hecho noticia son las declaraciones del ex-Presidente de la Generalidad Jordi Pujol Soley, que ha dicho que "el Estado quiere aplastar a Cataluña",

Comprendemos la indignación de este hombre al enterarnos de que Hacienda se esta metiendo a fondo con los negocios de su familia.Después de todo, lleva treinta años diciendo que cuando se meten con él, lo que hacen es insultar a Cataluña.

Mal le deben andar las cosas. Y es que la codicia rompe el saco.


viernes, 16 de agosto de 2013

Una de Alcaldes

Yo no lo quito

Hoy vamos a contar dos casos de estupidez propia de alcaldes de la Provincia de Barcelona, que son el de Sitges y el de Barcelona-ciudad.



 Miquel Forns

El alcalde de Sitges, de CiU, se llama Miquel Forns, y en estos momentos hace historia porque acaba de retirar emporalmente las atribuciones y el sueldo a tres concejales del PP que se oponian a la decisión del alcalde de retirar el nombre de España a una Plaza y una calle con este nombre que existe en esta localidad.




 La operación que el alcalde pretende hacer es cambiar el nombre de la Plaza de España por Plaça del Pou Vedre, y el de la calle de España por Carrer de la Bassa Rodona.

Como los concejales del PP dijeron que necesitaban tomerse un tiempo para llegar a una decisión, el alcalde les mete prisas para salirse con la suya, y lo hace tomando esta decisión.

Y es que resulta que Sitges es una población de más de 18.000 habitantes, y el alcalde quiso que esta decisión la tomase el pueblo democráticamente a través de unas elecciones. A estas se presentaron poco más de 600 votantes, de los cuales la mitad votaron a favor y la otra mitad en contra. O sea, que el número de votantes alcanzó la escalofriante cifra de un 5%. Y, encima, la mitad a favor y la otra mitad en contra.

Mas democracia no se podría pedir.


Otrro caso interesante es el del alcalde de Barcelona. Xavier Trias i Vidal de Llobatera, de profesión médico piquiatra.





Este alcalde se encuentra ante un terrible problema que no tiene más remedio que solucionar.

Resulta que en esta ciudad existe una plaza, que hoy se conoce como Plaça de Sant Jaume, donde se encuentran los edificios del Ayuntamiento y el Palacio de la Generalidad. A lo largo de la Historia esta plaza ha sufrido algunos cambios de nombre. Por ejemplo, durante la Segunda República se llamó Plaza de la República, y durante el siglo XIX se llamó Plaza de la Constitución. Y de esta denominación queda una vieja placa que conmemora la constitución de 1840. Esta placa ha permanecido colocada en la fachada del Ayuntamiento durante 173 años, y a nadie se le ocurrió jamás retirarla. Por supuesto, bajo el régimen de Franco permaneció en su sitio.


Esta plaza fué donde tuvo lugar el enfrentamiento entre los soldados y mozos de escuadra aquel 6 de octubre de 1934, cuando el presidente Companys proclamó la República Catalana.



Y segun nuestras noticias esto es una exigencia de ERC y del partido donde milita el ex presidente de los culers, Laporta.

Y es que no es lo mismo un cargo público que una carga pública. Nada de igualdad de géneros.