domingo, 29 de mayo de 2011

Cosas veredes








Yo no lo quito







Entre las noticias que nos depara la prensa de estos dias, hay dos que llaman la atención. Una de ellas el la concesión de la Orden de San Raimundo de Peñafort al padre de la Ministra de Asuntos exteriores, José Jimenez Villarejo. La segunda es que también le han concedido esta orden al ex Ministro de Justicia socialista Mariano Fernández Bermejo. La concesión la hace el actual Ministro de Justicia Francisco Caamaño.

Esta noticia, que no debería pasar de ser una nota de sociedad nos sorprende porque la Orden de San Raimundo de Peñafort es una condecoración de procedencia franquista que se creó el 23 de enero de 1944, siendo Ministro de Justicia Eduardo Aunós.




Así, a primera vista, no deja de sorprender que en unos momentos en que se está queriendo borrar de España cualquier referencia a la obra de Franco, se siga concediendo esta cruz con la que Franco quiso premiar a sus jueces y honrar la memoria de un fraile dominico catalán que había nacido en lo que ahora se llama Santa Margarita i els Monjos, donde se encontraba el castillo de Peñafort, Todo ello en la provincia de Barcelona.


¿No sería este el momento más adecuado para suprimir esta Orden?


Raimundo nació en Peñafort (o, si se quiere, Penyafort) hacia el año 1180 en Barcelona. De alli pasó a Bolonia donde se doctoró en Leyes. Y habiendo conocido en esta universidad a Santo Domingo de Guzmán, ingresó en la Orden de Predicadores.



Y, como tal, intervino muy eficazmente como inquisidor en la persecución de los cátaros, que fueron unos señores de los que ahora está muy de moda hablar y escribir.

Otra curiosidad para nuestros lectores es que Gregorio Peces Barba posee el Gran Collar de la Orden de San Raimundo de Peñafort, que es la categoría más elevada de esta Orden. Y así resulta que el azote de católicos, a los que pretende domar con el palo "sicut dixit" no tiene el menor inconveniente en lucir sobre su pecho la orden del inquisidor católico. Orden, para mayor vergüenza, creada por Franco.

Pero así son las cosas.

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