El Alimoche: La rebelión civil

Yo no lo quito

No de otra forma habría que calificar a la manifestación que ha tenido lugar ayer en Madrid. Porque todo lo que se había hecho hasta ahora había sido pedir al gobierno (es un decir) que protegiese a las victimas de ETA y que impidiera el acceso al Parlamento de los etarras, filoetarras, pseudoetarras y criptoetarras, que de todo hay en la viña del Señor.

Pero, gracias a los buenos oficios del Tribunal Prostitucional, lo que hasta ahora eran solamente actos de oposición y de rechazo a ETA, ayer se han convertido en rebeldía frente al Gobierno, a los Tribunales y a este sistema que estamos padeciendo y que pretenden que denominemos "democracia", y que es lo que más se parece a aquello de la Tia Bernarda. No hay más que detenerse a leer las pancartas que aparecieron en la manifestación para darse cuenta de que las cosas están empezando a cambiar.

Y si hasta ahora habíamos llegado a creer que la actitud de Rajoy se podía justificar por el hecho de no querer bajar a la palestra para pelearse como si fuera una verdulera con nuestros ilustres gobernantes que han llegado hasta a sacar el Prestige como arma arrojadiza contra él, a partir de ahora empezamos a pensar que ya es hora de que este aspirante a la Presidencia del Gobierno empiece a dejar de tocar el violón y aproveche el estado de ánimo de las víctimas del terrorismo, y de su amigo Peces Barba - a quien muchos recordamos en su papel como defensor de etarras en el proceso de Burgos- para empezar a dar estacazos y prepararse a hacer una limpieza en el gobierno central y en las comunidades autonómicas.

Observen esta pancarta

Por medio de ella se está acusando al Gobierno (no precisamente a ETA) de una deuda que tiene empeñada con el terrorismo para vender a España por un puñado de votos. Y, casualmente, por el atentado del 11-M.

Y es que la gente, la víctimas de ETA y las víctimas del 11-M en el atentado mayor que ha sufrido Europa en este siglo, empiezan a darse cuenta de lo mucho que deben a esta pandilla de zarrapastrosos que dicen gobernarnos. Y están convencidos de que el famoso juicio presidido por el Juez Bermúdez para lo único que ha servido es para intentar engañar a los españoles. Lo que a nadie que haya vivido otras fechas le puede extrañar porque ya en 1937 entre el Presidente Negrín y el Fiscal Peces Barba (padre del que ahora padecemos) se pusieron de acuerdo en ocultar el asesinato de Andreu Nin para no molestar a los soviéticos.

Esta otra pancarta tampoco hace referencia al terrorismo ni a ETA. Y es porque la gente no se chupa el dedo y está perdiendo el miedo a quienes les están maltratando.

De que la dictadura socialista se está acabando puede dar idea la rapidez con que los benficiarios de esta situación que venimos aguantando desde hace siete años están organizándose para perpetuarse como funcionarios; un buen ejemplo de ello se está viendo en Sevilla donde los verdaderos funcionarios, los de carrera, se están revolviendo contra el gobierno andaluz.