Yo no lo quito
Estos dias la prensa se ha ocupado en informarnos de la desaparición en el Ejército del Servicio de Cria Caballar, y de la venta a precios vergonzosos de una tanda de caballos del Ejército. Y si decimos vergonzosos es porque si por un caballo se van a pagar doscientos euros, es que ya sabemos a donde van a ir a parar, que será una fábrica de hamburguesas. Sabemos tambien que las formas de hacer la guerra varían con la Historia, y que en el Ejército hoy los caballos pintan poco. Puede ser razonable, pero duele.
Hace años tuvimos ocasión de leer una vieja historia de un viejo Coronel de Artillería, por la segunda mitad del Siglo XIX, que estaba retirado en una granja de su propiedad en un pueblo de la Mancha. Aquel viejecito se enteró de que pronto iba a pasar por los alrededores de su casa un Regimiento de Artillería de Montaña, que eran unas unidades recien organizadas, y no vaciló en situarse en un lugar desde el que pudiera ver cómo iba a desfilar un regimiento en marcha hacia el lugar de las maniobras.
Aquel viejecito, que en su juventud había mandado alguna de las "Baterias Volantes" de principios del Siglo XIX sufrió una gran decepción cuando pasó por delante de él un regimiento de Montaña con los mulos en columna de cargas y, lanzando un suspiro, exclamó: "Dios mío. ¿Y a ésto han venido a parar nuestros brillantes escuadrones?"
Afortunadamente, todavía se puede contemplar en los desfiles una batería de cañones de la Guardia Real, que mantiene las viejas tradiciones; y lo mismo ocurre con la Royal Horse Artillery, que viste uniformes más antiguos que el nuestro.
Este Asno de Rotterdam no puede menos que sentir una cierta añoranza, recordando aquellos viejos tiempos en los que el viejo Coronel, se montaba en su viejo caballo y se ponía al frente de su viejo Regimiento, Todavía recuerda los toques de trompeta, que eran de cuerpo montado, y las galopadas a caballo en los ejercicios de maniobras. De lo que conserva un grato recuerdo del año 1944. Que, por cierto, era el año de los "maquis".
En la batalla del Jarama tuvo una intervención muy bonita la artillería a caballo. En el momento de cruzar el rio Jarama, el 11 de febrero de 1937, a eso de las 3 de la tarde, una batería ligera situada cerca de La Marañosa, estaba enpezando a moverse en dirección al rio para pasar a la otra orilla, cuando por el valle del Jarama apareció una formación de 25 carros rusos que venían de Arganda para lanzarse contra las tropas nacionales que se amontonaban en el lugar del paso. Inmediatamente se cambió la orden, y la batería se lanzó a un galope verdaderamente napoleónico para situarse en el mismo borde del valle y empezó a disparar contra la unidad de carros, que tuvo que retirarse.
El caballo ha sido figura imprescindible en los cuadros de Cusachs y ahora en los de Ferrer Dalmau. Ellos son parte de nuestra Historia.
En el Ejército de los EEUU tienen una canción titulada "The caisson Song" (La cancion del armón) que venía a ser el himno de la artilleria a caballo:
"Over hill, over dale
As we hit the dusty trail
And the caissons go rolling along..."
que canta el rodar de los armones por los caminos polvorientos, La escribió en 1907 un general de brigada llamado Edmon Gruber. Esta se ha convertido en himno oficial del Ejército de los EEUU, aunque han tenido que modificar la letra, después de la II G.M. Esta canción tiene el ritmo del trote del caballo.
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