Yo no lo quito
Esta vez sí que vamos a hablar de lo que esta sucediendo en España porque la prensa no termina de hablarnos del asunto conocido ya como el del "pequeño Nicolás". Un asunto que no es nada más que un reflejo de la actual sociedad española en la que cualquier cosa puede ocurrir sin que nadie piense si está bien o está mal. porque ya no distinguimos entre el bien y el mal. Que para eso estamos en democracia donde la libertad del hombre está por encima de todas las cosas. Y cuando se llega a crear un ambiente, del tipo que sea, la sociedad lo acepta sin problemas.
Esto viene a recordarnos lo que ocurrió en el año 1906 en Alemania, cuando el ambiente era muy autoritario y cualquier persona con un uniforme estaba considerado en principio como una autoridad indiscutible. Estamos hablando del caso conocido como del Capitán de Köpenik.
Köpenik era un pueblecito situado al sureste de Berlin en el que vivía un zapatero remendón que se llamaba Wilhelm Voigt, y se había quedado sin trabajo. Para resolver su situación, no se le ocurrió otra cosa que comprarse en una tienda de ropavejero un uniforme de capitán del ejército alemán y, vestido de esta guisa, se presentó en Potsdam en el cuartel del Regimiento de Granaderos nº 1 para pusieran a su disposición a diez granaderos.
Con este acompañamiento, se presentó en la alcaldía de Köpenick, arrestó al alcalde, y "confiscó" una cantidad de 4.000 marcos que había en la caja fuerte.
El hecho de vestir un uniforme de oficial del ejército era más que suficiente para que nadie dudara de lo que aquel hombre estaba manifestando en el cuartel de Potsdam y llegasen a poner a sus órdenes a diez soldados que estaba en instrucción en aquel momento.
Aquel asunto llegó a conocimiento hasta del General Moltke, que en aquel momento era el Jefe del Estado Mayor Alemán y hasta llegó a oídos del Emperador Guillermo II. Huelga decir que diez días más tarde Wilhelm Voigt fue detenido y puesto ante un tribunal que le condenó a cuatro años de cárcel de los que sólo cumplió dos porque el Kaiser Guillermo II le concedió el indulto.
En estos momentos, delante de la entrada del ayuntamiento del viejo Köpenick se puede ver una estatua en honor de aquel zapatero que había llegado a dividir a la opinión pública sobre la peligrosidad de individuos como aquel.
Esta historia se hizo tan popular que hasta se hizo una película que se tituló "El capitán de Köpenick"
en la que el papel principal lo desempeñó el famoso actor alemán Heinz Ruhman
O sea, que ahora ya tienen nuestros peliculeros un tema para ver si se llevan algún premio de esos, y con el título de "El pequeño Nicolás".
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