Yo no lo quito
Hoy, 6 de octubre de 2014, se cumplen ochenta años de aquel nefasto 6 de octubre de 1934 en el que el entonces Presidente de la Generalidad de Cataluña, Lluis Companys Jover, proclamó la República Catalana desde el balcón en la Plaza de San Jaime.
Nefasta porque aquella operación, que terminó en el ridículo mas espantoso, dió lugar a que solamente en Barcelona hubiera cuarenta y seis muertos y ciento diecisiete heridos, de los cuales dieciocho muertos y setenta y cinco heridos pertenecían a la fuerza pública, y eso sin contar a los que fueron asistidos en casas o clínicas particulares.
Aquello, que en Barcelona duró solamente diez horas de sábado a domingo, era anunciado por la Humanitat , diario de Esquerra republicana fundado por Lluis Companys, en estos términos
Aquello, que en Barcelona duró solamente diez horas de sábado a domingo, era anunciado por la Humanitat , diario de Esquerra republicana fundado por Lluis Companys, en estos términos
y había comenzado con un discurso del Presidente de la Generalidad anunciando la creación de la República Catalana dentro del Estado Federal Español (exactamente lo mismo que Maciá el 14 de abril de 1931), y no le faltó tiempo para enviar al General Batet un escrito en el que le ordenaba incorporarse al movimiento que se iniciaba.
Batet, que horas antes había estado reunido con Companys, sabía lo que se estaba tramando; se puso en contacto con el gobierno para recibir instrucciones y declaró el estado de guerra.
El Ejército español en Barcelona se iba a oponer al "Ejército Catalán" formado por cuatro mil "escamots", palabra que significa "piquete" y que se aplicaba a los militantes armados del Estat Catalá. Estos estaban armados, algunos de forma clandestina, y otros con el armamento de que disponían los antiguos somatenes, institución de antigua tradición en Cataluña desde los tiempos medievales para mantener el orden público. La palabra "somatén" viene del catalán "som atents", que quiere decir "estamos preparados". Una de las primeras cosas que se hicieron en la Republica fué suprimir el somatén y su armamento pasó a manos de los "escamots".
Por eso nos sorprendió a los que fuimos testigos de aquello ver en aquel sábado por la tarde patrullas de hombres armados de los que es testimonio esta imagen, por cierto de un tono más bien poco marcial. Menos de cuatrocientos hombres armados le bastaron a Batet para eliminar en Barcelona aquel conato de rebelión
Aquella misma tarde, Companys pronunció un discurso anunciando la operación que se había preparado con estas palabras que evidencian que el paso de ochenta años no ha sido suficiente para borrar los usos del lenguaje político:
"¡Catalanes! Las fuerzas monarquizantes y fascistas que de un tiempo a esta parte pretenden traicionar a la República, han logrado sus objetivos y alcanzado el poder..."
El Presidente del Gobierno era, en aquellos momentos, Alejandro Lerroux, jefe del Partido Republicano Radical, partido en el que había hecho sus primeras armas precisamente, el joven Luis Companys a quien denominaban "el pajarito", y de quien el propio Lerroux había dicho, después de haberle oído en un discurso: "Este pajarito llegará a volar muy alto".
Quizás los dos personajes más destacados de esta rebelión en contra de la República fueron Miquel Badía y Josep Dencás. Sobre el primero ya hemos escrito en este Alimoche en varias ocasiones porque fué asesinado en abril de 1936, mes y medio antes del inicio de la guerra civil por unos pistoleros al servicio de alguien que nadie se atreve a mencionar, salvo algún historiador que ha investigado sobre este tema. En cuanto a Dencás, diremos que era el Jefe Politico de los escamots, mientras el Jefe Militar era Badía, a quien denominaban "el capitá Collons". Y esta jefatura se puede constatar en algún documento de la época, como éste donde Miquel Badia firma como "el general cap".
Dencás, en cambio, ha pasado a la Historia por dos anécdotas que tampoco se conocen demasiado delo sucedido en esta fecha. Una de ellas es la escapatoria por la alcantarilla que pasaba por debajo de la Consejería de Gobernación en dirección al mar. Por esta alcantarilla huyeron varios dirigentes que fueron Pérez Salas, Arturo Menéndez, España, Xammar y Dencás. Este último con la mala suerte de no saber apoyar los piés donde debía, y cayó en el arroyo de aguas residuales siendo arrastrado como los detritus e inmundicias de la ciudad, de donde fué sacado, con la natural repugnancia de sus compañeros de fuga. Salió por la Barceloneta y, disfrazado de mujer huyó a Francia.
La otra anécdota, ésta es menos conocida, es el grito de "¡Viva España!" que lanzó por la radio cuando se dió cuenta de que todo estaba perdido. Posiblemente lo hizo porque sabía que lo que ocurría aquel octubre de 1934 no era solamente el caso de Cataluña, sino de toda España, y porque los socialistas habían dicho
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