viernes, 9 de octubre de 2015

Aniversario (4)

Yo no lo quito


Otra de las medidas que se tomaron por el gobierno de la Generalidad al hacerse cargo del Orden Público, fué el desarme del antiguo somatén. Esta operación se llevó a cabo con una enorme sencillez. Se llamó a pasar revista de armas a los somatenistas, y cuando éstos se presentaron, hicieron entregar sus armas y su documentación acreditativa a los que no eran de Esquerra, Un ejemplo bien elocuente de la forma de actuar de Guarner, Menéndez, Dencás, Badía, Pérez Salas y Bosch, al servicio de Estat Catalá. Y a aquellos que no se habían presentado a la revista de armas, se le practicó un registro domiciliario y se le quitó las armas, largas o cortas. De este modo se dispuso de unas dos mil armas largas y ochocientas cortas para poder armar a los rabassaires o a los escamots del Estat Catalá, convertidos desde este momento en nuevos somatenistas.

Por eso insistimos en afirmar que, aunque se suele escribir que lo que provocó la rebeldía catalanista fué la suspensión de la Ley de Contratos de Cultivo,  aquello no fué más que el iniciador de lo que se estaba preparando desde hacía meses.


Y la rebelión empezó a partir del dia 5 de octubre de 1934, cuando se produjo un hecho insólito en la Historia del Mundo Occidental. y es que el gobierno autónomo declaró para toda Cataluña una huelga general. Los escamots de Estat Catalá,  bajo las órdenes del gobierno catalán, fueron obligando a cerrar las oficinas, tiendas y talleres. Los anarquistas, tan dispuestos siempre  organizarla, en esta ocasión se negaron  a la huelga, y por las calles céntricas de Barcelona, los escamots, incluso algunos guardias de asalto, iban obligando a los pasajeros  a abandonar los vehículos, empezando por los conductores y cobradores, dando lugar a muchos incidentes y heridos. Con todo, aquel dia 5 la huelga no pudo ser completa, sobre todo en los barrios fabriles dominados por la CNT/FAI.

El día 6 era sábado; y en el edificio del antiguo Gobierno Civil,al lado de la estación de Francia, se había instalado Dencás con los principales jefes de la rebelión, orgnizando unidades y dando órdenes a los distintos locales de Estat Catalá. También se había instalado allí un grupo muy numeroso de guardias de asalto.

Mientra tanto, en el palacio de la Generalidad (antigua Diputación), habia bastante nerviosismo; los consejeros no estaban todos de acuerdo y se llegó a discutir sobre la oportunidad de sublevarse. Unos, más templados, consideraban que no debían  sublevarse mientras el gobierno no intentara quitarles el mando de la fuerzas de Orden Público. Otros, más extremistas, pensaban que ya había llegado el momento de levantarse para proclamar la republica catalana, y entre Companys y Dencás hubo un intercambio de palabras muy fuertes. Y mientras esto sucedía, el dia anterior por la tarde ya se había echado a la calle la Alianza Obrera Revolucionaria  en una manifestación separatista.

En los locales de Esquerra Republicana había ya mucha efervescencia y se pensaba en una revancha de 1714, y en la Plaza de la Universidad Dencás, vestido con lo que él consideraba ser un uniforme de general, camisa y pantalón caqui, casco de acero, prismáticos, correaje con pistola y fajin de general, pasaba revista a sus escamots. La foto, que este Asno ha visto hace años, era tan ridícula, que debe haber desparecido, porque no la ha vuelto a ver reproducida en ningún artículo donde se hable de esta Historia.

Dencás había ganado la partida, y Companys no tuvo más remedio que aceptarlo. Por esto  se le escapó la frase aquella de:"ara no podreu diure que no soc separatista". tras haber hablado por la radio lanzando su famoso discurso a las ocho de la noche del 6 de octubre desde el balcón del Palacio de la Gneralidad,

" ¡Catalanes!
Las fuerzas monarquizantes y fascistas que de un tiempo a esta parte pretenden traicionar a la República, han logrado su objetivo y asaltado el Poder.
Los partidos y los hombres que han hecho públicas manifestaciones contra la menguadas libertades de nuestra tierra, los núcleos políticos que predican constantemente el odio y la guerra a Cataluña, constituyen, hoy, el soporte de las actuales instituciones.
Los hechos que se han producido dan a todos los ciudadanos la clara sensación de que la República, en sus fundamentales postulados democráticos, se encuentran en gravísimo peligro..."

  O sea, que de lo que se trataba era de salvar a la República.

Y mientras las calles de Barcelona se llenaban de piquetes armados,  no se veía por la calle ni un soldado ni guardia civil, ni siquiera un guardia de asalto
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