jueves, 27 de agosto de 2009

Enroque

Este es el título de uno de los últimos artículos escritos en Libertad Digital por Luis del Pino. En él se refiere a la última disposición del Juez Eloy Velasco, y la comenta en estos términos:


"Aunque hay que reconocer que algo tiene de bueno el auto del juez Velasco: lo clarificador que resulta. Porque permite visualizar como nadie el enroque que se ha producido en lo que al 11-M se refiere. Y ese cierre de filas, ese toque a rebato, es mucho más ilustrativo sobre la verdadera naturaleza del 11-M que cualquier cosa que yo (o cualquier otro periodista) pudiera escribir. ¿Qué hay tan siniestro detrás del 11-M como para que ningún partido político ( ni siquiera UPy D) se atreva a salirse del guión y pedir la verdad completa, y como para que ningún juez de la Audiencia Nacional se atreva a remover la fosa séptica en que están sumergidas las investigaciones? ¿Tantas cosas se vendrían abajo el día en que los españoles supieran que fué lo que sucedió realmente el 11 de marzo de 2004? Porque la otra explicación posible, la de que los trapos sucios se lavan en casa, hace mucho tiempo que me parece demasiado benévola. Más que nada, porque todavía no hemos visto un solo plato limpio.

Yo no sé en qué parará todo esto. Puesto que casi todo el poder del estado está del lado de quienes pretenden que los españoles sigan viviendo de la mentira oficial, lo más probable es que se salgan con la suya. Y que el 11-M pase al cajón de los misterios históricos sin resolver. Pero lo que ya, desde luego, no podrán evitar es que entre los españoles anide y crezca la sospecha, la certeza, de que el 11-M fué concebido, planificado, organizado y ejecutado teniendo bien presentes los efectos políticos que la masacre iba a traer consigo. Efectos que los españoles seguimos padeciendo cinco años después".

Puede que el periodista Luis del Pino tenga razón, o que no la tenga. Pero los viejos estamos tan hartos de ver cosas de estas, que ya nada nos extraña. Y le voy a poner un ejemplo que ocurrió en Barcelona hace 28 años, noventa dias después de aquel famoso 23-F, del que ya cada vez menos gente se traga la "verdad oficial". Me refiero ahora al asalto del Banco Central de Barcelona, situado en la confluencia de la Rambla con la Plaza de Cataluña.
El 23 de mayo de 1981 una pandilla de delincuentes comunes, confidentes de la Policía, se metió en el Banco Central, reteniendo a unos 200 rehenes, diciendo que exigian la puesta en libertad del Tte. Coronel Tejero. del Coronel San Martin,Tte. Coronel Mas Oliver y General Torres Rojas. No decian nada, curiosamente, de los principales encausados, Generales Armada y Milans del Bosch.

El caso es que estuvieron treinta y seis horas reteniendo a los rehenes, que iban soltando poco a poco, y el Banco Centrál se vió rodeado de Policias Nacionales y GEOs de la Policía llegados en avión de Madrid que, finalmente entraron en el Banco y detuvieron a esa pandilla de delincuentes armados a los que los mal pensados confundieron con gente de la extrema derecha, incluso como guardias civiles de paisano.


Los detalles de esta operación se recogieron en un libro titulado: "El Asalto al Banco Central ¿La gran farsa?"

Y hasta en la prensa aparecieron viñetas como éstas


Detenidos e interrogados aquella panda de chorizos, declararon que habian sido contratados por un tal "Antonio Luis", en Perpignan. Y ¿Quien era ese Antonio Luis? Pues Antonio Luis Gonzalez Pacheco, agente al servicio del Ministerio del Interior, también conocido como Billy el Niño.

Como esto ocurría hace 28 años, seguro que los de menos de treinta años no deben tener ni idea, pero los viejos estamos hartos de estas historias, y ya nada puede sorprendernos. Todo es posible.

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