Yo no lo quito
1.- Los rechazos.
Para empezar, diremos a nuestros lectores que esta palabra procede el griego (klepteis = ladrón y kratos = fuerza ), y lo que significa es el gobierno de los ladrones.
Por muy fuerte que suene esto que estamos diciendo, tampoco podemos olvidar que el ilustre escritor y académico sevillano Aquilino Duque ya nos anunciaba desde hace tiempo que "la corrupción es el lubricante de la democracia". Y esta sensación se está viviendo en España desde hace algún tiempo, aunque es en estos momentos cuando más está arreciando, cuando se está hablando de los recortes a funcionarios y a los que no lo son.
Hace dos años, en una carta al Director del periódico EL PAIS con fecha de octubre del año 2010, o sea un año antes de que se produjera el cambio de gobierno en España, un ciudadano de la provincia de Sevilla se quejaba diciendo (copiamos textualmente):
"Vivimos en una cleptocracia formada por políticos entregados al saqueo de las areas públicas. El paro, la crisis económica o las reformas laborales son actores que entran y salen a escena en todas las economías, pero la corrupción institucionalizada es propia de algunos Estados democráticos y de todos los demás Estados.
Los políticos corruptos de los últimos años en nuestro pais se cuentan por miles y los actuales por cientos. El ciudadano no parece establecer una relación clara de causa y efecto entre la corupción y el empeoramiento de sus condiciones de vida; es difícil identificar a un enemigo ubicuo, que convive con nosotros, y en la naturaleza de las personas está la capacidad de soportar casi todo.
La politica ha pasado a ser un lucrativo negocio; nuestros políticos nos empobrecen, yerran en sus políticas y nos roban una y otra vez.¿Cuando veremos un movimiento ciudadano, una huelga general o una ONG que pretenda el fin de la cleptocracia y el advenimiento de la democracia? Uno de los paises menos corruptos del planeta es Dinamarca, pero nosotros terminaremos como Argentina, ejemplo palmario de los efectos de una cleptocracia rampante."
Por grande que haya sido la indignación del que escribió estas líneas, hace casi dos años, la verdad es que las últimas manifestaciones orquestadas, como no, por la oposición que es precisamente la causante de este desastre, lo cierto es que ya no se habla tanto de derechas e izquierdas, sino de políticos en general, y lo mismo se apunta (aunque no se dispare todavía) a los políticos de esta cosa que pretende demostarnos que es una democracia. Y mientras algunos se pasan la Constitución de 1978 por el arco de triunfo, otros piden que se reforme inmediatamente porque en medio de esta confusión no hay quien se aclare. Y se ha puesto de moda un nuevo calificativo, el de los "antisistema", sin saberse a quien se refieren los que lo utilizan. Porque está claro que si "antisistema" puede calificarse a un anarquista, no menos cierto es que anti este sistema son muchos de los que aparecen en las manifestaciones porque les tocan donde más duele, que es en el bolsillo. Y porque ven que se está acabando el tan cacareado estado del bienestar.
¿Podían imaginarse los padres de la Constitución que aparecen en esta foto tan orgullosos del regalo que nos han traido, que la actitud de los españoles que los jaleaban iba a parecerse a lo que ahora se está viendo por las calles?
El rechazo a la clase política y al sistema, en general hace que se haya llegado a la situación que refleja esta pancarta que exhiben por Madrid fuerzas y cuerpos de seguridad; cosa que nunca se había visto en España. Aunque esta vez no llegan a aparecer banderas republicanas, como suele ser habitual en otras manifestaciones
2.- Las Autonomías.
Ya lo profetizó Martin Villa a los pocos dias de votarse la Constitución de 1978 cuando exclamó: "Las Autonomias nos arrastrarán". Y ahora nos encontramos con que una de las dificultades que encontramos para resolver esta situación en la que nos encontramos es el rechazo, no ya de los españoles, sino de los inversores extranjeros, a las autonomías.Y uno recuerda con cierta sorna la sorpresa que se llevó un día al regresar de Madrid en avión, y al pasar por la carretera de Castelldefels en dirección a Barcelona, pudo observar un rótulo que anunciaba orgullosamente; "Hospitalet, municipi d´Europa". Y es que es el segundo municipio de Cataluña con unos 270.000 habitantes, y el décimo sexto de España. El primero, por supuesto, es Barcelona y ambos están separados por la calle denominada Riera Blanca, que es una calle cuyas aceras pertenecen una a cada municipio.
Esto explica la tremenda crisis económica que está sufriendo Cataluña, y desconocida en muchos ambientes del resto de España, aunque los políticos catalanistas de turno no hacen más que intentar convencer a la gente , y a veces lo consiguen, de que la culpa de todo la tiene "Madrit".
3.- Matar cristianos.
En estos momentos Hospitalet de Llobregat es un nido de inmigrantes de todas las etnias, y está ocurriendo que muchos de los habitantes que llevaban años viviendo en este municipio están buscando sitio fuera de Hospitalet porque no pueden vivir en paz, ya que la delincuencia les hace la vida imposible. Encima ocurre que el tejido industrial catalán se ha estado destruyendo desde hace años, y cuando uno va por esos polígonos indistriales no ve más que cartelitos anunciando cierre con el típico "Se vende".
3.- Matar cristianos.
Miles de cristianos están huyendo de Siria, cuya comunidad cristiana es de las más antiguas del Mundo, lo mismo que la copta de Egipto. Precisamente allí fué, camino de Damasco donde, según la tradición Pablo se cayó del caballo y oyó una voz que le preguntaba en la lengua aramea: "Shaul, Shaul, ¿Lamma radef li? (Saul,Saul, ¿Por qué me persigues?) escena que recoge este cuadro de Caravaggio
Y si ustedes se preguntan de quien huyen los cristianos, que hasta ahora habian podido vivir en paz bajo la dictadura de Assad, les diremos que huyen de los rebeldes islámicos que les persiguen con armas proporcionadas por naciones ocidentales. No obstante, como parece que ahora va a ir a Siria nuestro ilustre ex-ministro Moratinos, los problemas se van a acabar. Lo que no podemos decir es cómo
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