Yo no lo quito
1.- La Inmaculada Concepción.
Creemos que en España poca gente ignora que la Santa Patrona de la Infantería española es la Inmaculada Concepción, patronazgo que arranca de las guerras de Flandes, aunque en punto a ignorancia tampoco podemos poner la mano en el fuego. Sin embargo en el Ejército Español esta imagen no aparece en ninguna de las banderas que se han venido utilizando. Y es que las banderas del ejército español se han limitado siempre a utilizar los colores nacionales y los emblemas de las casas reinantes.
Así, en los orígenes de la Edad Moderna el color de la bandera era el amarillo de la casa de Habsburgo con el águila bicéfala explayada y también la cruz de Borgoña que pasearon nuestros Tercios por los campos de Europa.
Bajo los Borbones, la bandera empezó a ser de color blanco con el escudo de lamonarquia española, hasta que Carlos III dispuso que los buques de guerra llevaran una bandera rojigualda para diferenciarse de las de los buques franceses, que la llevaban blanca o los ingleses, donde también era blanca, con la "Union jack" en una esquina , porque esta semejanza había hecho que se enfrentaran buques españoles creyendo que se trataba de buques enemigos.
En las los ejércitos españoles, la cruz de Borgoña, u otras cruces, sí aparecíeron en nuestras banderas; incluso en la bandera de Don Juan de Austria en la batalla de Lepanto aparecía un crucifijo. Por último, en nuestra guerra civil, especialmente en unidades tradicionalistas, aparecieron algunas imágenes del Sagrado Corazón, pero eran banderas "particulares" que demostraban una especial devoción, pero sin que ello tuviera ningún carácter "oficial".
Por eso sorprende ver en las banderas reglamentarias de los Regimientos del Imperio Austrohúngaro, en pleno siglo XIX, banderas oficiales como ésta
en la que, sobre fondo amarillo, aparece rodeada de llamas rojas, la efigie de la Inmaculada Concepción pisando una serpiente.
Una imagen que bien podríamos tomar como bandera en estos momentos aciagos de nuestra Historia.
2.-La mentira del "Guernica".
El nacimiento de este cuadro de Picasso es una más de las mentiras de la propaganda roja. Mentira que aceptan, como siempre ocurre, las mayorias ignorantes no sólo de España, sino del mundo mundial.
La verdadera historia de este cuadro empieza en enero de 1937 cuando Max Aub,que era agregado cultural de la Embajada de España en París, con el embajador Luis Araquistain, encargó a Pablo Picasso un mural por un importe de 150.000 francos para adornar el Palacio de España en la Exposición Internacional de Paris.
Este cuadro, de 7,7 metros de largo por 3,5 de altura, fué inaugurado el dia 4 de mayo de 1937, como indica esta portada del diario Le Monde.
Y es que "todo es bueno para el convento".
Nada de lo que se escribió que fue mucho estuvo a la altura del Llanto de Federico. También los pintores pusieron manos a la obra y entre ellos hay que destacar dos: José Caballero, con esas manos superpuestas que tratan de tapar la vista de la sangre derramada, y Pablo Picasso que, metido de hoz en coz en su Tauromaquia, bosquejó el gran cuadro que a la vuelta de tres años no tendría inconveniente en despachar como Guernica. El Guernica no representa ningún bombardeo, sino la muerte de un torero, con el toro encampanado, los caballos espantados, las plañideras gesticulantes, la bombilla de la enfermería y el estoque partido en primer plano. ("Viñamarina", 19 de diciembre de 2009
ResponderEliminar