Yo no lo quito
La visita de Su Santidad Benedicto XVI a Barcelona ha dado lugar a muchos comentarios , pero quizás el más curioso ha sido la petición de que se beatifique al que fué Presidente de la Generalidad de Cataluña Lluis Companys "por su defensa heroica de la fe", y los desvelos del jefe de Esquerra Republicana en el cuidado del rebaño católico en momentos convulsos de la historia de Cataluña. La petición la ha hecho un grupo de "católicos" catalanes, que poseen un acreditado sentido del humor.
Cuenta Juan Simeón Vidarte, un importante personaje de la República y de la Masonería, que en cierta ocasión tuvo que viajar a Barcelona, camino de Francia, y al visitar a Companys, le contó que venía de Madrid acompañando a un sacerdote vestido de seglar al que iba a dejar más allá de la frontera. Y cuenta que, jocosamente, Companys le comentó que :"de esos aquí ya no queda nadie, porque hemos acabado con todos". Lo cuenta Vidarte en su libro, editado en España, que se titula "Todos fuimos culpables".
Esta noticia, rigurosamente cierta, por lo visto no la conocen estos sedicentes católicos, lo mismo que muchas otras cosas que no se comentan sobre la vida de Companys, un hombre del que lo único bueno que se puede decir es que murió cristianamente, después de haber oido misa, confesado y comulgado, ante el pelotón de fusilamiento. Lo mejor que se puede contar de él es su muerte.
Por cierto, como nadie nos ha preguntado cual era el motivo por el que un personaje tan significado como Simeon Vidarte tuvo que acompañar hasta la frontera a un sacerdote claretiano, en momentos tán trágicos para la Iglesia en España, le podemos aclarar que el sacerdote se llamaba Heriberto Negrín, y era el hermano menor del Jefe del Gobierno Juan Negrín López.
Esto es lo que comentaba El Pueblo Vasco en un subtítulo de la portada del ejemplar del día 29 de abril de 1936. Y sobre la muerte de los hermanos Badía nadie ha querido decir nada, salvo algún historiador que ha investigado este asunto, pero del que no se comenta nada en la prensa catalana. Desde el primer momento se sospechó de donde había salido el "impulso soberano", y más teniendo en cuenta que Companys se casó en segundas nupcias (se había divorciado de la primera, Mercedes Micó) con otra mujer que había sido amante de Miguel Badía, con el que estaba enemistado también por motivos políticos.
Y como no es de personas honestas dedicarse a pegar lanzadas al moro muerto, (esto queda para la izquierda zarrapastrosa) más vale no meneallo. Pero los "católicos" catalanistas no se enteran de estas cosas, ni quiere enterarse. Y es que tienen un raro sentido del humor.
Que Dios se lo perdone.
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