miércoles, 19 de enero de 2011

Miscelánea





Yo no lo quito



1.-Bono, el sufridor.


Después de habernos enterado de lo ocurrido en Murcia, donde la han destrozado la mandíbula al Consejero de Educación, como no podía ser menos, ha tenido que aparecer el que todavía es Presidente del Congreso, don José Bono, para decirnos que él sí que ha sufrido cuando ha visto las noticias "falsas" que se han publicado en LA GACETA sobre sus propiedades inmobiliarias, y que preferiría que le hubieran hecho lo mismo que al consejero murciano, antes que tener que sufrir estos ataques a "su honor".



En ésto, y sin que sirva de precedente, estamos de acuerdo con él; sobre todo cuando quedó claro para todos que la "fenomenal paliza" que le pegaron, en aquella manifestación donde se había metido el melifluo e hipócrita Presidente del Congreso, había quedado en agua de borrajas.





2._ Carmona.


No. No nos estamos refiriendo a la antigua Carmo, plaza donde Escipión derrotó a los cartagineses que mandaba Asdrúbal, y que terminó expulsando a éstos de Hispania. Por cierto, que cuando Escipión llegó a la desembocadura del Guadalquivir, dejó una guarnición denominada "Turris Scipionis", alrededor de la cual apareció un poblado que con el tiempo se ha hecho famoso por ser la cuna de una de nuestras más brillantes artistas del cante español; Chipiona.


Pero no estamos hoy para hablar de los cartagineses, sino de Antonio Miguel Carmona. tertuliano de "El gato al agua", y defensor de todo lo indefendible, que esta noche pasada se ha puesto como una fiera, sobre todo contra Carlos Dávila, y negando repetidamente que la izquierda es violenta, como siempre lo ha sido, a causa de lo ocurrido en Murcia.







Por cierto, todavía no sabemos si el "ultraizquierdista" detenido es el verdadero autor de la "hazaña". Esperemos a ver lo que dice el juez. A nosotros lo que nos sorprende es que un hombre, que suponemos ilustrado, se preste a estos papeles. Y no sabemos si se trata de un "commediante" o un "tragediante".





3.-El esperpéntico Senado.



Ya ha empezado a funcionar el sistema del pinganillo, que permite que los senadores puedan entenderse sin necesidad de utilizar el idioma que todos conocen perfectamente y que, además, es la lengua oficial de todos los españoles. Porque el resto de lenguas es co-oficial. Y los más divertido es que el Ministro de Justicia, un tal Caamaño, acaba de decir que ahora España es más fuerte que antes, cuando aún no tenía pinganillo.



Convendría recordar que la República, esa que tanto se jalea ahora, suprimió el Senado. No todo lo que hizo lo hizo mal. Y debería tomar ejemplo este gobierno, o los que vengan detrás, para resolver este problema, que sólo sirve para cobrar latisueldos y latijubilaciones en estos momentos en que empiezan a cantar bastos para todos los españoles.



Hasta ya hay quien empieza a pedir que los senadores y senadoras asistan a las sesiones vestidos con trajes regionales para estar así como más "de cuerpo presente".



¡Qué pais éste..!





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