sábado, 10 de enero de 2015

El derecho a la blasfemia

Yo no lo quito


Los que no somos "Charlie Hebdo", que es lo que cualquier ciudadano amante del progreso tiene la necesidad  de ser , a lo que invita este panfletillo, nos hemos encontrado con que el asesinato de los  doce periodistas de Paris


que se considera un atentado a la libertad de expresión , está dando lugar a muchos comentarios. Y entre ellos los que aparecen en el diario "Público" en el que el intelectual Ignacio Escolar afirma que la blasfemia no debe ser considerada delito, y  escribe:

"Hace años que apenas se aplica, pero el anacrónico artículo 525 sigue en el Código Penal español como un herencia del viejo delito de blasfemia". 

Y concluye diciendo:

"¿A qué espera el Gobierno para abolir este delito medieval de nuestra legislación?"-

A lo que todavía no se ha llegado es a incluir la blasfemia en la declaración Universal de los Derechos del Hombre que, por lo que se lee, debe ser un desideratum de la progresia nacional.



Y ustedes perdonen por este exabrupto; pero casi era obligado a ello. En realidad este Asno lo que deseaba era tratar de otro tema algo más agradable.



-. La Flota del Mar Negro.


Es una de las cinco flotas que constituyen la fuerza naval de Rusia. y en ella podríamos encontrarnos con esta simpática marinerita, cuya imagen es bastante más agradable que la del intelectual de la anterior anterior. No conocemos su nombre, pero sí podemos leer en la gorra lo de Krasnomorskii Flot, que nos indica que forma parte de la dotación de un buque de la Flota del Mar Negro.


De lo que no estamos seguros es de si esta mocita está enterada de que la flota a la que pertenece la creó, y fué su primer jefe, a finales del Siglo XVIII un español que se llamaba José de Ribas y Bayons, que nació en Nápoles a donde había sido destinado su padre, Miguel de Ribas, funcionario barcelonés de la Corte de Carlos III.

José de Ribas sirvió en el ejército napolitano y tuvo ocasión de conocer allí al conde Alexei Orlov, que era hermano de la amante de Catalina la Grande,Gregori Orlov y le propuso ingresar en el ejército ruso en el que recibió el grado de capitán prestando su servicio como intérprete y ayudante del poderoso Orlov en la guerra rusoturca. En San Petersburgo tomó contacto con el Ministro de Construcciones de la emperatriz Catalina y se casó con su hija ilegítima Anastasia Ivánovna Sokolova, a cuyo matrimonio, celebrado en Tsarkoie Seló asistió la propia emperatriz, que luego fué madrina de sus dos hijas, Sofia y Ana. 

En 1793, casi diez años más tarde de su llegada a Rusia, se puso al servicio del nuevo amante de la Emperatriz, el principe Gregori Potemkin, con el grado de coronel y posteriormente de brigadier, al que acompañó al Sur de Ucrania, ayudando a Potemkin a conquistar la peninsula de Crimea, y a construir la primera flota del Mar Negro y su base de Sebastopol. Reanudada la guerra con Turquia,  tuvo ocasión de actuar brillantemente derrotando a la flota turca en el estuario del Dnieper y se le nombró contralmirante y más tarde vicealmirante.

En otoño de 1789 realizó una operación nocturna en la que se apoderó de la fortaleza costera de Yani Dunyá, y allí comprendió la importancia de utilizar esta bahía para construir un puerto militar. Un año más tarde se apoderó de las fortaleza de Ismail, y en 1792 recibió la orden de la Emperatriz Catalina de construir la ciudad de Odessa, lo que consiguió en dos años.

Por este motivo, al cumplirse el segundo centenario de le creación de la ciudad de Odessa , en 1994, se le construyó una estatua en la que aparece con un plano y una pala y con el titulo de vicealmirante.

Esta estatua aparece en el comienzo de una de las calles más importantes de Odessa, que recibe el nombre de Deribásovskaia ulitsa (Calle de Derribas), que es el nombre de la calle desde 1911.




La estatua es ésta



y este es el retrato del constructor de Odessa, y  creador y primer jefe de la flota del Mar negro, el español José  de Ribas y Boyons. vicealmirante de la Armada de Rusia.






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