Bandidaje

Yo no lo quito

Dentro de tres dias tendrá lugar la votación para elegir a los diputados del Parlamento de Cataluña. Votación que se ha adelantado sin llegar a consumirse la legislatura, por el Presidente Artur Mas. Las razones para esta anormalidad estamos convencidos de que se deben principalmente a problemas judiciales. La consigna de "Madrit ens roba" huele ya a puchero de enfermo porque desde hace tiempo se están poniendo en evidencia problemas económicos debidos en parte a un desastroso gobierno y también a otros motivos menos confesables. Ello hace pensar que en esta votación Artur Mas y su equipo de CiU se están jugando el todo por el todo, pero lo que las encuestas parecen indicar es que CiU aunque no va a tener mayoría absoluta,  sí tendrá mayoría porque la campaña mediática es abrumadora gracias al dominio de la prensa y las televisiones.

Pero no es sólo por este motivo, sino también porque el bandidaje ha tenido siempre en Cataluña un cierto prestigio, al que también la literatura ha contribuido convirtiendo en héroes románticos a quienes se han dedicado a apoderarse de los bienes ajenos.

Así, en Barcelona tenemos una calle dedicada a Pedro Rocaguinart, un famoso bandido del siglo XVI del que Cervantes hace un elogio en el Quijote, , que se denomina de "Perot lo lladre" cerca de la Plaza del Pino.

Otra figura a la que la literatura historiada ha dedicado páginas muy románticas es la del bandolero del Siglo XVII Joan de Serrallonga, del que vamos a dar algunos detalles de su vida.

Esta personaje había nacido en Viladrau, en la comarca de Osona, que ahora es un lugar de veraneo al pié del Montseny, donde va a pasar sus vacaciones gente más bien pudiente, pero su verdadero nombre era Joan Sala y al casarse con la pubilla de Sant Martí de Querós, Margarita Serrallonga, tomó su apellido. La masía de Serrallonga hoy está en ruinas y medio cubierta por la vegetación. No obstante, para su reconocimiento se ha colocado una "senyera" en lo que queda de una puerta.Un homenaje al héroe.

En cambio, su casa natal de Viladrau sí se conserva con el nombre de Can Sala, y su foto es ésta



El Siglo XVII fué muy malo no sólo para Cataluña, sino para toda Europa por razones climatológicas y por las guerras. Juan de Serrallonga trabajaba la tierra con sus cuatro hermanos, y decidió aumentar sus ingresos, que no debian ser muchos, con pequeños latrocinios, hasta que alguien lo delató; y cuando los alguaciles fueron a detenerle, se pudo escapar y hasta llegó a asesinar al que le había delatado. A partir de este momento se convirtió en jefe de un grupo que se dedicaba al bandidaje, alternando robos con secuestros. Gran conocedor del terreno, conseguía escapar con muche facilidad a la persecución de las autoridades.

Un día, cuando iba a asaltar a unos viajeros, se encontró con una joven  de 19 años que se llamaba Joana Massissa, que era viuda del molinero de Castelló d´Ampuries, a la que secuestró y que terminó uniéndose a la banda, lo que da un tono romántico a la vida de este hombre que viene reflejado en este grabado del siglo XIX.

Durante ocho años fué la pesadilla del virrey de Cataluña don Miguel de los Santos de San Pedro,que era también Obispo de Solsona, y del Duque de Feria. Relevado este último por el Duque de Cardona, que incrementó su persecución, terminó sus dias ejecutado el 8 de enero de 1630.

Esta admiración por la gente que se apodera de bienes ajenos quizás haga que muchos catalanes voten el próximo domingo a quienes les toman el pelo y le cuentan eso de que "Madrit ens roba".

Pero es que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen.