jueves, 24 de febrero de 2011

Celebraciones







Yo no lo quito

Con motivo del 23-f, cuyo trigésimo aniversario se ha celebrado con pompa el dia de ayer, se han escrito en la prensa y comentado en las tertulias de la caja tonta muchas barbaridades, siempre con tendencia a eso que los juristas denominan "animus injuriandi", y que en algunos casos incluso pueden rozar el delito.


Así, algunos se han escandalizado por el hecho de que el Rey haya comentado que del 23-f se sabe casi todo, y si no se sabe se inventa. Y lo han comparado con lo que dijo hace ya algunos meses ante las víctimas del terrorismo, cuando afirmó que a él todavía no le habian contado muchas cosas de lo ocurrido en tal fecha.



Nosotros estamos de acuerdo con lo que dice el Rey. Del 23-f se saben muchas cosas. Prácticamente se sabe todo. Lo que ocurre es que también se calla todo. Unas veces porque las cosas esas de la política aconsejan no decirlas; otras porque a ninguna persona decente se le ocurre decir o escribir cosas que conoce cuando con ello se puede causar un daño a otra persona, y caer en el delito de difamación, que no es lo mismo que el de calumnia.




Ayer comentábamos la metedura de pata de Jimenez Losantos cuando decía que Tejero había entrado en el hemiciclo gritando, :"Por orden del general Milans del Bosch", lo cual es tan falso que incluso en algún video de esos que cuentan lo del asalto al Congreso se puede oir con cierta claridad cual fué el grito de Tejero. No en todos (que todo hay que decirlo), pero en algunas versiones de ese video todavía se puede entender la frase en el momento de entrar en el hemiclo.



Los periodistas, por supuesto, son libres para decir lo que se les ocurra. Por ejemplo, hoy el periodista Pepe Garcia Dominguez habla en Libertad Digital de la entrada en el Congreso de "una soldadesca beoda" al referirse a los guardias civiles que entraron con Tejero. Lo dice y se fuma un puro.



En primer lugar, si esa soldadesca estaba beoda, los diputados tuvieron mucha suerte porque allí no hubo más que un herido, quefué un diputado canario al que le cayó encima de la nariz un pedazo de yeso del techo del hemiciclo. Y es que la Divina Providencia protegió aquel día a los padres de la Patria. Y no se sabe si ayer en esta celebración se rezó también un "Pater noster" de agradecimiento a quien con tanto celo veló por la integridad de nuestros insignes y heroicos diputados. Lo que hubiera sido muy oportuno porque el Presidente del Congreso es ahora un sedicente católico. Lo que no ocurría, por ejemplo, cuando lo era Peces Barba.
Aquel año de 1980, que había terminado dos meses antes de la entrada en el Congreso, la "soldadesca beoda" había tenido 31 guardias civiles asesinados por ETA. El peor año de todos los que tuvo que sufrir la Guardia Civil en sus carnes.


Antonio Tejero debió demostrar aquel día su capacidad militar cuando, al frente de una "banda beoda" desarmó a los policias que vigilaban el Congreso y se plantó en el hemiciclo al frente de unos guardias que, según muchos periodistas que estaban allí, olian a vino barato, y entre los que se encontraba alguno veterano y barrigón, como cuenta Ramón Pí hoy en LA GACETA. Vamos, que no se trataba, ni mucho menos, de aquellos heroicos aqueos de los que cuenta la Iliada en su Canto Primero, que fueron "precipitados en el Hades para ser presa de los perros y pasto de las aves". Y con ellos hizo lo que hizo.


Otro día, a lo mejor, hablaremos de Carlos Dávila, a quien pronosticamos poca permanencia en su actual cargo en LA GACETA.
Y es que no hay nada como ser liberal-demócrata.

1 comentario:

  1. Carlos Dávila se pasó cuatro pueblos con el joven Blas Piñar Pinedo en "El gato al agua".......

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