domingo, 7 de septiembre de 2014

Opiniones

Yo no lo quito

1.- Felipe González opina.

La verdad es que a nadie le puede importar lo que Felipe González opine sobre la honorabilidad de Jordi Pujol, pero lo que sorprende es que este hombre haya declarado en Sevilla que no cree que Pujol sea un corrupto, sino que lo ocurrido era una " operación de cobertura hacia los que tiene debajo". 

Y al decir eso de "los que tiene debajo", suponemos que comprende no sólo a los hijos naturales sino también a los putativos.

Esto lo ha soltado en el desayuno informativo organizado por Europa Press Andalucía y la Fundación Cajasol. Y, como ha sido habitual en él a lo largo de toda su carrera política, ha manifestado que es preciso distinguir entre quienes son corruptos y los que no lo son, porque, en su opinión, "lo que no es tolerable es meter la mano" y "si un líder se ha enriquecido y aprovechado con el ejercicio de la función, estamos ante un corrupto. Pero estamos tratando a todos por igual y eso va a degradar enormemente la convivencia".

Como en sus mejores tiempos del felipismo, Cantinflas no lo habría podido explicar mejor. Y como los más jóvenes de nuestros lectores no conocerán este párrafo de la página 108 de su libro titulado "Un estilo ético", se lo recordamos ahora.

"La diversidad subyacente de un conjunto de pueblos que componen nuestra realidad, ha seguido subsistiendo y esperando una respuesta adecuada que compense los traumas históricos sin poner en peligro la unidad del conjunto".


Quizás por estos motivos cuando se quiso empapelar a Pujol, su gobierno lo impidió para compensar traumas históricos.



2.- Adelina.

Adelina Fernandez es una mujer de origen gallego que nació en Carballino y que se ha estado dedicando a curandera y vidente, que vivía en Andorra Algunos la llaman  "la bruja Adelina". pero no sotros no llegamos a eso. El caso es que un día Jordi Pujol llevó a un ex-directivo de Banca Catalana llamado Phillip Mac Mahan a Andorra porque tenía conocimiento de las facultades de esta mujer, para que le quitase un tic nervioso en la vista. Y la mujer se lo quitó.



A partir de este momento, Pujol, que es licenciado en Medicina, llegó a convencerla para que se desplazase a Barcelona, le puso un despacho y se convirtió en socio de ella, a la que le enviaba muchos amigos y clientes, que pagaban 300 euros por la visita; y de estos 300 euros Pujol se quedaba una comisión.

Esta mujer ha regresado a Galicia y está que brama contra Pujol y afirma que ha llegado a embolsarse hasta 10.000 euros al día a costa suya. Esto es lo declarado a La Razón. Y añade que no es pitonisa ni médium ni vidente, sino que es Adelina.


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