Yo no lo quito
1.- Recuerdos
Entre los recuerdos de su niñez, a este Asno le acaba de venir a la memoria una película que tuvo ocasión de ver y de la que se hizo mucha propaganda en los años anteriores y durante nuestra guerra de 1936-39. La película era rusa y, por supuesto, no era obra de Eisenstein, que era un genio del celuloide, sino de los dos Vassiliev, que no eran parientes a pesar de su apellido, y se titulaba "Tchapaiev el guerrillero rojo". Una pelicula de propaganda del ejército rojo y que se anunciaba por las calles con este cartel pintadoo por el cartelista valenciano Renau.
La película apareció en Rusia en el año 1934 y, lógicamente, a partir de 1939 no volvió a verse en público por España. No sabemos si desde 1975 se ha vuelto a ver por estos pagos. Este Asno recuerda muy poco de aquella película, salvo una escena en la que el protagonista, jefe de una unidad "roja" que combate contra los " blancos", explica a sus subordinados, colocando unas patatas sobre una mesa, la próxima operación que se va a ejecutar. En honor de aquel personaje, un batallón comunista llevó en España el nombre de Tchapaiev, porque se trata de un personaje histórico de la revolución bolchevique.
Vasily Ivanovich Tchapaiev habia nacido en el seno de una familia campesina en la aldea de Budayka, en la region de Cheboksary , y en la Primera Guerra Mundial intervino como suboficial con un comportamiento tan heroico que le concedieron hasta tres cruces de San Jorge. En septiembre de 1917 se unió a los bolcheviques en el Regimiento de Infantería 138, donde los soldados le eligieron como Jefe del Regimiento. Combatió a las tropas blancas y se distinguió como un jefe ingenioso y valeroso, aunque sin educación formal, pero capaz de cumplir y entender los objetivos del Ejército soviético.
El 5 de septiembe de 1919 se encontraba en Lbischenk, una ciudad del Kazajistan, donde fué cercado por el Ejército Blanco y, no pudiendo detener a las tropas enemigas, cruzó a nado el rio Ural y murió, no se sabe si ahogado o abatido por el fuego de las ametralladoras enemigas, pero su cuerpo nunca fué recuperado. El caso es que la propaganda soviética hizo de él un mito, y la localidad de Lbischenk cambió su nombre por el de Tchapaiev y creó un museo en su memoria.
Esta historia nos viene a la memoria tras haber leído en la prensa que un grupo de unos 25 militares, entre los que se encuentran efectivos de tropa, suboficiales y oficiales han redactado un documento que presentarán ante la Asamblea Ciudadana que celebrará Podemos este mes de octubre para incorporarlo a su programa electoral. Entre las sugerencias que propone plantea la supresión de privilegios dentro del Ejército, en lo que incluyen las viviendas de cargo y los coches oficiales, o someter a referéndum la participación de España en misiones en el exterior. También plantea "el fin del régimen disciplinario para que las sanciones sean administrativas y con todas las garantías legales".
Una de las reformas más importantes que proponen es suprimir la escuela de suboficiales, porque " la existencia de una academia hace que la tropa apenas pueda ascender a un nivel efectivo realmente, y crea grandes abismos diferenciadores dentro del Ejército". También considera que los ciudadanos deberían poder elegir al Jefe de los Ejércitos.
Este tema de la educación militar es una cuestión en la que meten mano periodistas, políticos,y gente de toda clase, ignorantes de lo que es el Ejército. Y no vamos a negar que, como toda institución es mejorable sobre el tiempo y donde, como en toda asociación humana pueden producirse situaciones que es necesario corregir, pero nosotros nos gustaría decir aquí algunas cosas sobre lo que hemos oido cuando se habla de nuestro Ejército.
Una de ellas es referirse a los oficiales que inician su carrera en la Academia General Militar, y a los que, irónicamente, algunos llaman "los de West Point", y a los que en muchas ocasiones se llama la "casta militar", como si la condición de oficial y la llegada al generalato solo se pudiera alcanzar por razones de sangre. Quienquiera que haya pasado por la Academia General Militar es testigo de haber convivido con compañeros de familias aristocráticas y otros de procedencia social mucho más modesta; y todos han tenido que pasar por las mismas pruebas.
Lo sorprendente del caso es que estas cosas se digan en unos momentos en los que, por citar un ejemplo actual, hemos tenido un JEMAD del que lo que se ha dicho, seguramente en su elogio, que procede de una sencilla familia de la provincia de Cuenca en la que el padre era un modesto guardia civil sin graduación. Pero como éste ha habido muchos otros que en estos últimos años han llegado a alcanzar altas jerarquias en el Ejército sin que de ellos se pueda hablas de "méritos de sangre".
Y esto ha ocurrido siempre. Incluso entre los generales épocas recientes se podría citar a individuos que llegaron a la cumbre siendo de origen humilde y habiendo salido de Academias Militares. Por citar algunos ejemplos, tenemos el primero en el doblemente laureado Teniente General Jose Varela, Iglasias en cuya hoja de servicios se puede leer que era hijo de un sargento de Infantería de Marina, y que empezó,por razones de edad, como "educando de corneta".
Otro caso conocido es el del General Antonio Aranda Mata, General de Infantería y Diplomado de Estado Mayor, cuyo padre era cabo del Ejército. Fué un hombre muy capacitado que intervino como miembro del EM en el desembarco de Alhucemas, y defensor de Oviedo durante la Guerra Civil.
Un caso muy curioso es el del muy elogiado general Vicente Rojo Lluch, del que algunos seudohistoriadores llegan a afirmar que "humilló a Franco" aunque sin llegar a explicar cuales fueron esas humillaciones. Que no debieron herir mucho al "sanguinario dictador" porque le permitió regresar a España, fué juzgado sin llegar a pisar la cárcel, y siguió seis años más viviendo en Madrid hasta que falleció. Este general diplomado de Estado Mayor, era de origen humilde y no había llegado a conocer a su padre, un suboficial que había combatido en Cuba y a su regreso fué ascendido a teniente, y murió antes de nacer su hijo. Ingresó en el colegio de huérfanos de militares y, como muchos de sus compañeros, terminó en la Academia de Infantería.
Estos casos son muy conocidos por los que leen Historia, y evidencian que a las academias militares no sólo van los de sangre azul, que son los que alcanzan los más altos puestos en la milicia. Sería conveniente que tantos plumillas de los que andan por ahí escribiendo, lo aprendieran.
Porque con jefes como Tchapaiev el Ejército podría hacer mucho el ridículo.
2.- Chiste del momento
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