Yo no lo quito
El próximo día 1 de marzo se van a cumplir los 93 años del empleo de la artillería autopropulsada en el Ejército español. Lejos ya aquellos tiempos en los que la Artillería exhibía sus "brillantes escuadrones" cuando sus unidades desfilaban por las ciudades causando la admiración de los que contemplaban su paso en columnas con carros a retaguardia, unas veces al paso y otras al trote. Aquellos lejanos tiempos que los nuevos oficiales no han podido conocer, cuando el viejo coronel montaba en su viejo caballo y se ponía al frente de su viejo Regimiento. De aquellos tiempos sólo queda la batería de la Guardia Real en los desfiles por la Castellana, "ultima ratio regum".
Sin embargo, el empleo de la artillería autopropulsada, tan normal ahora, no es tan moderno como muchos piensan, porque en el ejercito español tuvo su primera actuación el dia 1 de marzo de 1922, o sea, hace 93 años.
Y esta historia empezó en el año 1919, un año después del final de la Guerra del 14-18, en la que los carros de combate desempeñaron un papel muy importante. Y por este motivo, España decidió comprar algunas de aquellas unidades de carros que fueron calificados por una comisión de técnicos militares de lo que da fe esta imagen
Consecuencia de ello fué la compra de 22 carros Renault F-17 y 6 carros Schneider CA1. Los carros Renault pasaron a la Escuela de Aplicación de Infantería, y de los 6 Schneider, como eran cañones autopropulsados, se hizo cargo la Artillería y se formó con ellos la primera batería al mando del Capitán, don Carlos Ruiz de Toledo, que ocupó la primera pieza. La segunda la mandaba el teniente don Guillermo Vidal-Quadras Villavecchia, y en la cuarta estaba el teniente Roldan Guerrero
Esta es la imagen del carro Schneider C A 1
y en esta otra se puede ver al general Sanjurjo en Melilla, pasando revista a los cañones de la Bateria, acompañado por el capitán Ruiz de Toledo
El día 17 de marzo de 1922 el diario barcelonés La Vanguardia daba la siguiente noticia de las operaciones en Melilla sin más explicaciones porque probablemente no las tenía.
El Teniente Vidal Quadras siguió en el Ejército hasta la llegada de la Segunda República, cuando se retiró como capitán por la Ley de Azaña cuando estaba destinado en Barcelona en el Regimiento de Artilleria de Montaña nº1.
La operación por la que fué felicitado tuvo lugar en la Comandancia de Melilla en el lugar señalado en el mapa con un rectángulo negro, entre Segangan y Kandussi.
El capitán Guillermo Vidal Quadras se incorporó al ejército nacional y murió en el ataque a Madrid el 7 de noviembre de 1936. Lo que nos obligará a volver a hablar de él.
El día 17 de marzo de 1922 el diario barcelonés La Vanguardia daba la siguiente noticia de las operaciones en Melilla sin más explicaciones porque probablemente no las tenía.
El Teniente Vidal Quadras siguió en el Ejército hasta la llegada de la Segunda República, cuando se retiró como capitán por la Ley de Azaña cuando estaba destinado en Barcelona en el Regimiento de Artilleria de Montaña nº1.
La operación por la que fué felicitado tuvo lugar en la Comandancia de Melilla en el lugar señalado en el mapa con un rectángulo negro, entre Segangan y Kandussi.
El capitán Guillermo Vidal Quadras se incorporó al ejército nacional y murió en el ataque a Madrid el 7 de noviembre de 1936. Lo que nos obligará a volver a hablar de él.
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