Hoy, 30 de diciembre, cuando el año 2009 está llegando a su fin, no voy a escribir aquí nada mio, sino de mi hija Margarita, que tiene un blog denominado "Entre coníferas" y firma como "Cascanueces". Lean lo que escribe.
"Escuché en la homilía del último domingo de Adviento unas palabras que quiero compartir con vosotros, porque se me repiten machaconamente estos dias, como esas cancioncillas que, no sabes por qué, tienes a todas horas en los labios: "En estos momentos de crisis y desesperanza, no veo la alegría en vuestros rostros, y nosotros, los cristianos, deberíamos estar felices y demostrarlo, porque Dios nace en el Portal de Belén y nos regala la salvación.¿Qué más quereis?"
Y así, a bote pronto se te ocurren un montón de cosas: trabajo,seguridad, estabilidad, sosiego...pero a poco que vayas enumerando se te queda la boca pequeña y el corazópn va creciendo. Porque te das cuenta de que llegas al Portal pidiendo, y no dando (vaya una impresentable).Y miras al Niño Dios que levanta la mano, como bendiciéndote, y te dan ganas de mirar hacia agtrás, porque no puedes creer que que tú seas el destinatario de esa mirada que te acaricia. Ynotas que te inunda una paz que hacía tiempo que no sentías, desaparece la dureza en la mirada y en el corazón, y el Niño Dios sonríe.
Dios mio, y yo ¿qué te traigo? ¿qué hay de valor en mi para ofrecerte? Tras mucho pensar sólo se me ocurrió el dolor que siento por los que sufren, por cada aborto, por cada blasfemia, la angustia de ver que nuestra sociedad se aleja cada vez más de Dios, y vino a mi memoria el Sermón de la Montaña, y comprobé una vez más que cada vez que me acerco al Portal vuelvo cargada de regalos y sonriendo.
Que la Navidad nos haga más fuertes y más conscientes de lo que significa "Amaros como Dios nos ha amado" y seamos menos lloricas. Agradezcamos que Dios nos permita creer que hacemos algo por merecerlo, porque es muy poco lo que damos y es infinito lo que recibimos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario