Yo no lo quito
Hoy se cumplen 83 años del fusilamiento de los capitanes Fermín Galán Rodriguez y Jesús Garcia Hernández por haberse levantado, con tropas de la guarnición de Jaca, contra la Monarquia, lo que provocó pocas semanas más tarde la renuncia a la Corona de Alfonso XIII.
La noticia salió en la prensa diaria dando cuenta de que el movimiento a favor de la República se había producido en dia 12 y, luego, fracasada la actuación de las tropas, un consejo de guerra sumarísimo condenaba a muerte a los dos capitanes golpistas, que eran fusilados el 14 de diciembre de 1930.
Al mismo tiempo, se producía otro conato de sublevación en el aeródromo militar de Cuatro Vientos, en Madrid, cuyas cabezas también fracasaron y tuvieron que escapar en avión hacia Portugal. Aquí los sublevados fueron dos militares también republicanos, que eran el general de Caballería don Gonzalo Queipo de Llano y el Comandante de Aviación don Ramón Franco Bahamonde, que poco tiempo antes era glorificado como el héroe del "Plus Ultra".
Una vez instalado el primer gobierno de la República, los partidos políticos se acordaron de homenajear a los dos capitanes de Jaca, que habian sido fusilados, como precursores de la recién estrenada Segunda República Española hasta el punto de colocarlos en sus carteles de propaganda junto a los miembros del gobierno, como puede verse en esta imagen.
Señal inequívoca de que la Segunda República había llegado al menos con la ayuda de una sublevación militar que, aunque fracasada, no dejaba de constituir un golpe de estado militar. Y el gobierno, agradecido, de este modo les correspondía, y con ellos "madame la république" que aparecía en el cartel, como vulgarmente se dice, "a culo pajarero" que es como manda el reglamento.
En cuanto a los dos sublevados en Cuatro Vientos, Gonzalo Queipo de Llano fué nombrado Jefe de la 1ª Región Militar, mientras el comandante Ramón Franco se presentaba a unas elecciones a diputado por Esquerra Republicana de Catalunya en Barcelona. Y salió elegido; aunque sólo la primera vez.
Está claro que aquellos militares que soñaban con traer la República a España no actuaban por su cuenta. En realidad lo que hacían era obedecer a un comité revolucionario que se había reunido en San Sebastián en el verano de 1930,dando lugar a lo que se denominó el "Pacto de San Sebastian" cuyos firmantes aparecen en esta foto
Pocas veces se puede ver reunidos en una fotografía tantos masones juntos.Pero hay que excluir en ella al futuro Presidente Alcalá Zamora, que era católico;a Manuel Azaña que no era masón pero tuvo que afiliarse en 1932 y lo hizo por exigencias de la política y, más que nadie, a un ferviente católico que representaba a Acció Catalana, que era Manuel Carrasco Formiguera, a quien su catalanismo le llevó por estos caminos que, a la larga le llevaron a morir fusilado en Burgos en uno de tantos disparates como se producen en las guerras civiles. Es el que se ve en la foto a la izquierda con corbara de pajarita.
De este hombre contaba Josep Plá, no sabemos si con ironía o con conocimiento de la verdad, que cada día en su casa rezaba el rosario con su familia para que viniera la República. Sorprende también el catalanismo de un hombre nacido en Barcelona, pero que llevaba un apellido tan castizamente castellano como Carrasco, que se encuentra en el Quijote cuando Cervantes menciona al bachiller Sanson Carrasco. Y es que su padre era de Villena (Alicante) donde abundan los de este apellido, aunque su madre era de Liñola (Lérida).
La familia Carrasco vivía en Barcelona, cerca de la Plaza de Adriano, allá por el final de la calle de Muntaner en una "torre" cuya fachada estaba pintada de rojo oscuro y tenía en la fachada una imagen cerámica de la Virgen de Montserrat de tamaño más que regular. Este hombre que, por cierto, no tomó parte en la sublevación de octubre de 1934, estaba amenazado de muerte por los anarquistas por su condición de católico y amigo de los jesuitas.. Y, para salvarle la vida, la Generalidad lo sacó de Barcelona nombrándole su representante en el Pais Vasco, que venía a ser algo asi como inspector de paralelos y meridianos de la Generalidad catalana.Y ello hizo que en un viaje desde Bayona a Bilbao tropezaran con un barco de guerra nacional y lo hicieran prisionero a él y a parte de su familia que le acompañaba. Esta se pudo canjear con la familia del general Lopez Pinto en Gibraltar, pero a él terminaron por fusilarle después de ocho meses de su detención.
Pero, volviendo a los orígenes de la República, a lo largo de ésta se concedieron tres laureadas de San Fernando. Una al General Batet por su actuación en Barcelona en octubre de 1934. Otra al general López Ochoa por su actuación en Asturias también en Octubre del 34. Y la tercera al capitán Fermin Galán, que la había solicitado y no se le concedió por el gobierno de Primo de Rivera. Los tres fueron fusilados. Batet por el ejército nacional, López Ochoa por las turbas en Madrid que lo sacaron del Hospital de Carabanchel y pasearon luego su cabeza por las calles de Carabanchel. Por cierto, los tres eran masones, porque Galán también lo era.
De este hombre contaba Josep Plá, no sabemos si con ironía o con conocimiento de la verdad, que cada día en su casa rezaba el rosario con su familia para que viniera la República. Sorprende también el catalanismo de un hombre nacido en Barcelona, pero que llevaba un apellido tan castizamente castellano como Carrasco, que se encuentra en el Quijote cuando Cervantes menciona al bachiller Sanson Carrasco. Y es que su padre era de Villena (Alicante) donde abundan los de este apellido, aunque su madre era de Liñola (Lérida).
La familia Carrasco vivía en Barcelona, cerca de la Plaza de Adriano, allá por el final de la calle de Muntaner en una "torre" cuya fachada estaba pintada de rojo oscuro y tenía en la fachada una imagen cerámica de la Virgen de Montserrat de tamaño más que regular. Este hombre que, por cierto, no tomó parte en la sublevación de octubre de 1934, estaba amenazado de muerte por los anarquistas por su condición de católico y amigo de los jesuitas.. Y, para salvarle la vida, la Generalidad lo sacó de Barcelona nombrándole su representante en el Pais Vasco, que venía a ser algo asi como inspector de paralelos y meridianos de la Generalidad catalana.Y ello hizo que en un viaje desde Bayona a Bilbao tropezaran con un barco de guerra nacional y lo hicieran prisionero a él y a parte de su familia que le acompañaba. Esta se pudo canjear con la familia del general Lopez Pinto en Gibraltar, pero a él terminaron por fusilarle después de ocho meses de su detención.
Pero, volviendo a los orígenes de la República, a lo largo de ésta se concedieron tres laureadas de San Fernando. Una al General Batet por su actuación en Barcelona en octubre de 1934. Otra al general López Ochoa por su actuación en Asturias también en Octubre del 34. Y la tercera al capitán Fermin Galán, que la había solicitado y no se le concedió por el gobierno de Primo de Rivera. Los tres fueron fusilados. Batet por el ejército nacional, López Ochoa por las turbas en Madrid que lo sacaron del Hospital de Carabanchel y pasearon luego su cabeza por las calles de Carabanchel. Por cierto, los tres eran masones, porque Galán también lo era.
Tampoco deja de ser curioso que ha sido un 12 de diciembre,aniversario de la sublevacion de Jaca, el día en que se ha hecho pública la pregunta sobre el referéndum de la independencia de Cataluña.
Per no hay que preocuparse mucho por ello, porque en esta España en la que vivimos tenemos aniversarios para todo.
Y que no tengamos que vernos pronto así.
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