viernes, 7 de agosto de 2015

El canal de Suez

Yo no lo quito


Estos días nos llegan  noticias de una ampliación del Canal de Suez construyendo un tramo paralelo al existente, lo que ha de permitir un flujo de barcos más intenso que el actual, con el consiguiente beneficio para la República de Egipto.



Como debe saber la mayoría de nuestros lectores, la construcción del canal la llevó a cabo el ingeniero y diplomático francés Fernando de Lesseps, que desempeñó el papel de director de la obra, aunque auxiliado también por otros ingenieros entre los que se encontraban dos españoles.


Lesseps, que era hijo de un diplomático francés, conocía Egipto desde su niñez, como también Roma, e incluso estuvo en Barcelona cuando en 1842 se produjo el bombardeo de Barcelona por Van Halen. En aquella ocasión, convirtió su casa en hospital para recoger y cuidar a los heridos; por cuyo motivo Barcelona le dedicó a la Plaza donde vivía, el nombre Plaza de Lesseps. 

Hasta entonces, aquella plaza en la que existía un convento carmelitano, se llamaba Plaça dels Josepets, y los vecinos del barrio siguieron llamándole durante muchos años así. Por este motivo, algunos empeñados en demostrar que la lengua catalana era muy difícil de aprender, decían que se escribe Lesseps, pero se pronuncia Josepets.


La apertura del Canal de Suez nos fué muy útil a los españoles porque sirvió para unir España con Filipinas que, hasta entonces tenía que hacerse bordeando el continente africano por el Cabo de Buena Esperanza, de forma que se pudo navegar desde Barcelona a las Filipinas en 30 dias, como anuncia esta cartel de la Compañia General de Tabacos de Filipina.



Y no digamos para los ingleses, a los que acercó la India.

Pero, curiosamente también, uno de los primeros personajes que pudieron utilizar el canal de Suez para trasladarse desde Filipinas a España, fué José Rizal, el héroe de la independencia filipina.

Rizal, a diferencia de casi todos los americanos que se rebelaron contra España en el siglo XIX, no era criollo de apellido español. Era puro filipino educado en Manila por  jesuitas y dominicos, y un joven brillante  educado en español, lo mismo que otro filipino de su época del que podíamos sentirnos muy orgullosos, como el pintor Juan Luna, autor del conocido cuadro "Spoliarium", y de muchos otros premiados por la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Spoliarium

En España, este brillante Rizal completa sus estudios de Filosofia y Letras y Medicina y se dedica a escribir obras que la censura prohibe y que hoy pueden leerse en traduccion inglesa, pero que originalmente españolas están escritas con una soltura que en nada tiene que envidiar a Galdós. En muchas de estas obras lo que hace es criticar la colonización española.


En la España de la Restauración se le considera un traidor; se ordena su detención y se le trae a la Peninsula, pero a continuación se le devuelve preso a Manila, donde es juzgado por un consejo de Guerra en en que se le condena a muerte, y es fusilado el 30 de noviembre de 1896.

Dos años más tarde los EE.UU. se apoderaban de las Filipinas que pasaban de ser colonia española a serlo de los EEUU. Lo filipinos se sintieron engañados y a partir de entonces empezaron a combatir a los americanos hasta bien entrado el siglo XX. De lo que ha dado buena cuenta en sus escritos el presidente Aguinaldo.


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