Yo no lo quito
Cuenta el profesor J.H.Elliot en su libro "La rebelión de los catalanes (1598-1640)" una historia que movería a risa si no constituyera un triste ejemplo de cómo se tratan por estos pagos muchos problemas, incluso los más serios.
En el mes de Julio de 1623 cayeron en manos de piratas argelinos dos galeras catalanas que la Diputación había hecho construir para la vigilancia de las costas y protección del tráfico marítimo, que por aquellos años navegaba bajo el peligro de los ataques de piratas berberiscos que infestaban las aguas del Mediterráneo.
La pérdida de las galeras, con ser grave, no dejaría de constituir un riesgo inevitable, pero ocurre que su aprehensión había tenido lugar en unas circunstancias que movieron a escándalo, porque en vez de dedicarse a la misión para la que se habían construido, estaban dedicándose al transporte de mercancías que en aquel momento pertenecían a la compañía privada de Canoves y Morgades, y estaban facturadas con destino a Sicilia. Al estar las galeras, no cargadas, sino sobrecargadas, las dos naves no pudieron escapar a la persecución de los piratas, y cayeron intactas con toda la mercancía en manos de los berberiscos.
Por si fuera poco, en el seguro de aquella mercancía habían intervenido algunos funcionarios de la Diputación que esperaban obtener un beneficio sustancioso de la expedición. Lo cual señaló el doctor Pujades con indignación que le llevó a escribir esta frase: "Deu ho ha permés, puix alli tots hi son lladres ..." (Dios lo ha permitido porque allí todos son ladrones) y eso era un menguado consuelo para: "la mes infame pérdua que mai se lleigexi de la nació catalana" (la pérdida más infame que jamás se había podido leer de la nación catalana).
La utilización indebida de medios públicos para fines que no lo son, como puede verse,no es un invento de estos tiempos, y menos aún cuando son catalanes los que andan por medio. Lo malo es cuando crean escuela.
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