Yo no lo quito
He aquí que en esta fecha de 3 de febrero del año del Señor 2016 acaba de empezar lo que ya se empieza a denominarse la Segunda Transición. Y si nos preguntamos a santo de qué empieza ahora esta nueva transición, no tenemos más remedio que confesar que ello se debe al rotundo fracaso de la Primera, que no ha llegado a vivir más que 37 años. Más o menos una generación de españoles.Y las consecuencias de la Primera no hace falta que las comentemos porque están en la calle. Ha sido una generación heredera de aquello que se denominó "el 98 francés", y salida de las universidades de los "penenes".Una generación gobernada por los que perdieron la Guerra Civil y de la que ha salido esta patulea de aspirantes a la política que lo más que han sabido hacer es robarnos a manos llenas al resto de los españoles con una desvergüenza que no tiene nombre.
Hace unos días, este Asno estaba comentando con uno de sus hijos unas noticias aparecidas en la la prensa que, dicho sea de paso, empieza a parecerse cada día más a aquella revista semanal titulada "El Caso", y se le escapó esta frase: "Dios mio, qué gente más rara", y el hijo le respondió: "No, Papá, esta gente no es rara. Los que somos raros somos nosotros. Los que procuramos ajustar nuestra vida a a la educación cristiana que recibimos en nuestra infancia por medio de nuestros padres y de la Iglesia".
A este Iglesia que vive amenazada cada día que pasa por la chusma salida de la famosa y, para muchos españoles, "ejemplar" Primera Transición, modelo para el resto de las naciones del mundo (!!!). Ahora habrá que ver qué prensa se dedicará a seguir hablando de nuestra Primera Transición como se ha venido haciendo estos años. De estos ataques a la Iglesia son testimonio muchas manifestaciones autorizadas, a semejanza de otras naciones de esta Europa herederas de una cultura de tradición cristiana. Pero no tenemos derecho a quejarnos porque nos lo merecemos.
Cada día más se va imponiendo la necesidad de pedir a Dios que nos ayude a todos los españoles a cumplir nuestro deber como personas civilizadas y no como rufianes.
Veamos, por tanto, lo que nos va a deparar esta Segunda Transición, y si nos libra de la Primera.Y no tengamos que decir lo que este hombre.
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