lunes, 7 de septiembre de 2009

Educación


Nos ha gustado el artículo de Marmotino porque tiene más razón que un santo. Y por esto lo recogemos en esta página. Cuando apareció la noticia de lo sucedido en Pozuelo de Alarcón, lo primero que se nos ocurrió pensar es que se trataba de peleas entre pandillas de sudamericanos. Pero, al parecer, no se trata de estas pandillas, sino de españolitos basureados por las nuevas "pedagogías" hijas del mayo 68, que son las que propugna este gobierno para hacer la felicidad de los españoles.
¡Ah! Y menos mal si solamente es la izquierda zarrapastrosa, porque de eso tendríamos mucho que hablar. Por eso ofrecemos a nuestros lectores este artículo de Marmotino.
............................................................................................................................................................................

"Pecados de omisión

Ha sucedido en Pozuelo de Alarcón, pero podría haber pasado en cualquier lugar de España.
Un grupo de jóvenes, a altas horas de la madrugada, bajo los perniciosos efectos del alcohol, consumido – no lo duden - de forma indiscriminada, en una de esas lamentables reuniones de futuros alcohólicos conocidas como "botellón", la han emprendido con la policía, forzando la situación hasta el extremo de tener que intervenir fuerzas antidisturbios.

La cosa acabó – no se lo pierdan – con un intento de asalto a la comisaría de Pozuelo.

Hordas de borrachos violentos – entre los que bien pudiera estar su hijo – comportándose como auténticos animales, desataron furiosamente su frustración contra unos cuantos funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía… quemando un coche policial y destrozando otro. A botellazo limpio contra la autoridad… así es como se divierten.

Son basura, niñatos desorientados y ociosos… pero son nuestra basura.

Y sobre esta chusma irresponsable, canalla, descreída, amoral, alcoholizada… tenemos que montar la sociedad de mañana. No respetan nada y se creen con derecho a todo. Piensan que se merecen cualquier cosa que les apetezca… y se rebotan contra cualquiera que trate de imponerles la más leve forma de convivencia. Son hijos de un sistema educativo que ha impedido que reciban, cuando lo merecían, una sonora bofetada con la mano abierta. Son fruto de una generación de padres que ha estado tan pendiente de ganar dinero, de mejorar su calidad de vida, que han olvidado educar a sus hijos.

Son victimas de toda la pedagorrea que desarrollaron esa caterva de imbéciles que arrancaban los adoquines de las calles de París cuando yo tenía ocho años... en una nefasta primavera que marcaría de forma indeleble a esta generación de tontos de baba que ahora nos dicen como tenemos que comportarnos ante las distintas encrucijadas morales que nos plantea la vida.

Han retirado la disciplina de las escuelas, el mérito en las oposiciones, la honestidad intelectual, la moralidad en cualquiera de sus formas… y ahora, el fruto de su estupidez es un invertebrado borracho incapaz de controlar su ira y su miserable existencia.

Es urgente que las aguas vuelvan a los cauces de la razón, de la disciplina, del respeto, de la ética... Y en esa tarea no podemos contar con nuestros gobernantes.El ciudadano es el que tiene que dar el paso adelante.

Debemos exigir a los profesores de nuestros hijos que nos ayuden a hacer de ellos hombres de bien, seres dignos de heredar nuestra sociedad y mejorarla… en el instituto público al que va mi hijo – yo no soy socialista y no tengo dinero para mandar a mi hijo al Colegio Alemán – los profesores parecen mas preocupados por transmitir la semilla podrida del pensamiento único, la ridícula horma de lo políticamente correcto, la opresiva falsedad de una historia reescrita sobre falacias, que por formar intelectualmente a sus alumnos como, dicho sea de paso, es su obligación. Y mientras ellos los instruyen, educarlos nosotros.

Porque educar es una tarea irrenunciable de los padres. Si dejamos esto en manos del Estado, habida cuenta el nivel del personal que lo sustenta en España, el fracaso está servido.
Los porrazos de los antidisturbios habría que dárselos también a los padres de los vándalos… por no haber hecho su trabajo. Educar es cosa de padres. ¿Alguna vez ha sido de otra manera?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario