jueves, 17 de septiembre de 2009

La Vanguardia

Se queja Marmotino de que la prensa de carril trata despectivamente a "esa gente" que piensa asistir a la manifestación del 17 de Octubre, y el despego que hacia ella han manifestado hasta ahora los políticos del PP que, a su juicio, tendrían la obligación de defender los principios que caracterizan a los que hasta hace poco eran sus votantes. Como ejemplo de lo que es la prensa de carril nos pone a EL PAIS, PUBLICO y LA VANGUARDIA.


De PUBLICO no vamos a tener que decir nada porque no hace falta. Basta con echar una ojeada a ese panfleto y a los comentarios de sus lectores. Es una basura solo digerible para quienes tienen un estómago capaz de digerir las piedras.


De EL PAIS ya sabemos que su único objetivo es ganar dinero. Durante años ha defendido a los sociatas hasta que, de repente, empieza a tirarle a la linea de flotación por razones que suponemos son puramente económicas. Ellos van a lo suyo, y ese periodicucho parece que está empezando a padecer la crisis. Ha sido siempre el periódico de la progresía.


Y nos queda ahora LA VANGUARDIA. Respecto a ella le voy a contar a Marmotino una anécdota de mi juventud.


En mi casa se leia LA VANGUARDIA todos los dias porque mi padre estaba suscrito a ella. Eran los años 1935 y 36 cuando empecé a leer el periódico a mi regreso del colegio. Por entonces había una guerra en Etiopía porque los italianos querian reconstruir su "Impero" y desquitarse del resultado de una intervención anterior, unos 40 años antes, que había terminado en el desastre de Adua.

Los niños, yo tenía entonces 12 años, la única idea de lo que estaba ocurriendo en Abisinia es que el Rey le llamaban"El Negus", (O "Negus negusti", que significa Rey de Reyes, o sea, Emperador) pero lo que no sabíamos es que su verdadero nombre era Haile Selassié; nombre que asumió al ser nombrado Emperador de Abisinia y que significa "Santísima Trinidad", porque los abisinios son, o eran en su mayoría, cristianos coptos. Por cierto que el título de Negus se hizo popular durante muchos años.


Los niños veíamos en la prensa unas imágenes de la guerra como ésta


en la que aparecen unos guerreros envueltos en una sábana con escudos y lanzas y algunos con escopetas y fusiles del año de la nana. Y de forma inevitable nos poníamos al lado de los débiles, mientras en LA VANGUARDIA podíamos enterarnos de los éxitos del General Graziani, que terminaron con la ocupación de Abisinia y el exilio del Negus y su familia.
Por eso, un dia se me ocurrió preguntarle a mi padre mientras jugábamos una partida de ajedrez: "Papá ¿qué clase de periódico es LA VANGUARDIA?" Mi padre sonrió y me dijo: "Pastelero, hijo. Pastelero".
Esta anécdota, que ocurrió hace más de 70 años, me hace pensar que para conocer por donde van a producirse los próximos acontecimientos, lo que hay que hace es enterarse de lo que dice este periódico que en estos momentos apoya al que manda en la Generalidad de Cataluña, y que siempre está dispuesto a arrimarse al sol que más calienta, o que promete calentar.

Y si no, a esperar.

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