miércoles, 10 de febrero de 2010

Después del desembarco

El desembarco en Daiquiri fué, como ya hemos indicado, un verdadero desastre, pero sin que sonara un solo tiro, porque allí no había nadie para impedirlo. A partir de este momento empezaba la marcha sobre Santiago de Cuba en la que se iban a enfrentar dos ejércitos totalmente distintos, y allí se pudo ver la categoría de nuestros soldaditos que, además de poseer muchos de ellos una experiencia de la guerra en la manigua, tenian sobre los americanos , y lo decimos completamente en serio, la ventaja de poseer un fusil mucho más moderno; el fusil Mauser mod. 1893 cuyo calibre era de 7 mm. Y con este magnífico fusil de aquella época se enfrentaron a los americanos, de los cuales sólo los Rough Riders disponian del Krag Jorgensen, porque el resto utilizaba el viejo Springfield de la guerra civil americana, de mayor calibre y que disparaba con pólvora negra, mientras el Mauser utilizaba pólvora sin humo.
La ventaja de los españoles en este aspecto era manifiesta porque los americanos se encontraban perdidos entre la maleza teniendo que hacer frente a unos soldados valientes y veteranos, duchos en esconderese, y cuya pólvora no dejaba aquella nubecilla clásica que delataba la presencia de los tiradores enemigos y que servía a los nuestros para corregir la puntería. Por este motivo, el número de bajas que tuvieron las unidades de desembarco que, hay que reconocerlo, se batieron con bravura, fué enorme.


Ametralladora Gatling

Cuando el Regimiento de Infantería "Asia número 55" embarcó en el puerto de Barcelona, estuvo durante todo el viaje aprendiendo a manejar el fusil y hacer algunos ejercicios de tiro, de modo que al llegar a Cuba estaban muy bien instruidos sobre su manejo. En cambio fué allí donde empezaron a conocer los disparos de un arma para ellos desconocida, que era la ametralladora Gatling.

Otra de las sorpresas con que tropezaron aquellos soldados bisoños fué el alambre de espino. Los nuestros tendían sus alambradas muchas veces escondidas entre la hierba alta o al descubierto. Aquello era algo nuevo y no esperaban encontrarlo. En cuanto a disciplina de combate, era digno de ver a nuestros soldados asomando estoicamente por encima del parapeto y haciendo fuego por descargas, mientras las baterias americanas les abrumaban con su fuego a distancias cortas.

Por ambas partes hubo en los mandos inferiores y en los soldados un valor extraordinario. Y también por ambas partes los mandos superiores demostraron una incapacidad vergonzosa. El Mando español desmoralizado y dispuesto a ceder con gran asombro de los propios americanos, que estuvieron a punto de arrojar la toalla, y por parte de ellos una desorganizacióntan grande que a partir de entonces puede decirse que empezó a crearse el moderno ejército de los EEUU poniendo remedio a todos los fallos que se habian puesto de manifiesto en aquella guerra.

La verdad es que no todos los Mandos superiores tenían una moral de derrota. Ahí estaban Vara de Rey o Escario, pero muchos de los que se apresuraban a darlo todo por perdido podrian haber visto al anciano Joe Wheeler, protagonistade la divertida historia que ayer contábamos. Pero eso demuestra lo que los soldados son capaces de hacer cuando se les manda con valor y entusiasmo.

Vara de Rey

Por cierto que las fotos de aquella época parecen dar a entender que nuestros soldados vestían de blanco, y esto no es cierto. La tela de sus uniformes era de rayadillo azul, pero como todavía no se había inventado el objetivo Tessar de la casa Zeiss resulta una imagen falsa en cuanto al color de la tela. El uniforme era de la misma tela para los oficiales y soldados, como puede verse aquí, y fué el único ejército del mundo que utilizó el rayadillo para vestir a sus soldados.


Esta última imagen es la del Segundo Teniente (hoy Alférez) del Regimiento de Infantería "Asia" 55, Bernardo de San Pedro, que embarcó en Barcelona como abanderado del Regimiento, y sin mando de tropa, porque todavía no había cumplido los 18 años. Los cumplió en Cuba.



Testigos del valor de nuestros soldados de rayadillo fueron Winston Churchill, en el campo español, y el Capitán Wester, agregado militar de Suecia y Noruega en el campo americano, que escribió estas palabras:

"...Delante de El Viso se descubría un oficial paseándose tranquilamente a lo largo de las trincheras; fácil es comprender que el objetivo de este peligroso viaje enmedio de los proyectiles de que el aire está cruzado, no es otro sino animar con el ejemplo a los bravos defensores; se le vió, de cuando en cuando, agitar la mano con su sombrero y se escuchaban aclamaciones. ¡Ah,sí! ¡Viva España!¡Viva el pueblo que cuenta con tales hombres!"

Mañana empezaremos a describir los combates.

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