Aquel fusilamiento no era "uno más" de tantos como hubo en Barcelona en plena guerra. Hacía menos de treinta dias- la noche del 18 de julio de 1938- que el Presidente de la República, Manuel Azaña Diaz, había pronunciado aquel discurso que terminaba pidiendo "Paz, Piedad y Perdón". Discurso que luego ha sido muy comentado, y que evidencia el pánico de Azaña viendo que la guerra estaba cada dia más perdida.
La cosa tiene más enjundia, porque la sentencia condenando a la pena capital a aquellos jóvenes tenía que ser aprobada por el Gobierno, y éste se dividió. Por una parte, el ministro catalán Jaime Ayguader, que era médico de profesión, (en esta imagen) se opuso rotundamente afirmando que aquello sería un asesinato. Y para deshacer el empate solo faltaba el voto del Presidente del Gobierno, que se encargó de romperlo con su voto favorable al fusilamiento.
Hasta se podría decir que también fué un "éxito estratégico", porque sirvió para prolongar la guerra en espera de acontecimientos en el exterior de España y también porque frenó la ofensiva hacia Valencia.
Pero el dia 2 de agosto, cuando habian transcurrido ocho dias desde el cruce del rio, Modesto dió la orden a los suyos de paralizar la ofensiva. Ya no se iba a avanzar ni un metro más.
¿Fué éste uno de los motivos que determinaron que Negrin votara el cumplimiento de la sentencia? Esto no se puede afirmar ni negar, pero lo que sí es cierto es que Negrín fué quien forzó la votación de aquel Consejo de Ministros.
Por cierto, mañana podremos hablar de este Juan Negrin López. Una figura detestada por los nacionales y también por los republicanos, que lo ponen a caldo. Y de quien se habla poco.
uno de aquellos 64 falangistas valientes era mi abuelo materno José campos Molina y tenía 40 años, mujer y dos hijos. Me alegro que alguien recuerde que la memoria histórica no sólo era para el bando republicano.
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