martes, 27 de octubre de 2009

Sabino


Cuando me disponía a escribir lo que me faltaba sobre las historias de Luis Companys, me llega la noticia del fallecimiento, a los 91 años de edad, del General D. Sabino Fernández del Campo. Naturalmente, ahora son todo elogios y lamentos. Estos últimos, porque se lleva muchos secretos a la tumba.


Yo diría a los señores habladores y escribidores, que Sabino (con esto está dicho todo) al abandonar este mundo, posiblemente se lleva muchos secretos consigo, pero que no sean hipócritas porque la mayoría de esos secretos son del dominio público, aunque no hayan salido jamás de su boca.


Como tampoco es ningún secreto que inició una carrera militar forzado por las circunstancias que le llevaron a alistarse en la 2ª Bandera de Falange de Asturias a los 17 años. El era entonces estudiante de 2º de Derecho en la Universidad de Oviedo en la que había ingresado a raiz de la revolución en Asturias de 1934, y cuando empieza la guerra le pilla como estudiante de 2º de carrera.


Y al decir estudiante, queremos decir que estudiante de verdad, "de los de antes de la guerra", como se decía en mi juventud, porque le sobraban Sobresalientes y Matrículas de Honor para parar un carro. Y como había sido testigo de todas las salvajadas que se habian cometido en su Asturias natal por los defensores de la libertad, no dudó en alistarse en una Centuria de Falange para participar en la defensa de Oviedo. En esta foto le vemos con su mauser, su machete, sus cartucheras, su granada Lafitte, que era como una lata de tomate triturado, pero algo más grande, y la por entonces muy famosa granada de piña colgada del cinto. O sea,como dicen los franceses: "en tenue de campagne". Porque esas fueron las armas individuales del infante en aquellos años.



Pero como la guerra no era solamente defender Oviedo, y la cosa se alargaba, Sabino asiste a los cursos de Alférez Provisional en Riffien y regresa a la península para continuar los combates en Teruel, Castellón, Ebro, Cataluña y Toledo. Aquí lo vemos como un Alférez Provisional que , por la gracia divina, no llegaría a ser "cadáver efectivo" aunque salió de la guerra llevando en la manga izquierda una Laureada Colectiva.



En la Batalla del Ebro, aquel tórrido verano de 1938, también pudo disfrutar de escasos momentos de ocio con sus compañeros como el que puede verse en esta foto, y en la que el elegante Sabino es el primero por la izquierda.

Quizás por este motivo, cuando regresa a la Universidad aquella donde todo habian sido Sobresalientes y Matrículas de Honor, Sabino en estos tres años, aparte de los sobresalientes reglamentarios, no saca más que unos "ridículos" Notables en Derecho Penal, Internacional Público, y el Privado. Tres manchas que seguramente le han torturado a lo largo de su vida.

Y como me propuse ser breve, y esta es la parte de su vida que más me interesa, pido a Dios que lo acoja en su seno y le haga partícipe de la bienaventuranza eterna. Quizás porque entonces había jóvenes como él yo he podido llegar a vivir hasta este año, porque la guerra la tuve que pasar en Barcelona.



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