jueves, 12 de abril de 2012

Autonosuyas

Yo no lo quito


Ha causado revuelo la noticia de que Mariano Rajoy no piensa tocar el problema autonómico. Revuelo e indignación. Pero como aquí somos muy bien pensados y hasta un cierto punto optimistas, lo que creemos es que en estos momentos Rajoy está dejando para más tarde esta cuestión por la urgencia con que le interesa pagar, al menos, los intereses de la deuda que nos ha dejado como herencia, el desgobierno socialista.

Y que no se enfade esta gente porque las verdades escuecen. No se atreven ya a decir que la derecha miente,  que es lo que han estado diciendo hasta ahora, pero sí les molesta que estas cosas tan evidentes se recuerden. Y mucho más que se lo recuerden los gobiernos europeos. Esos gobiernos en los que ZP dejó su huella bajo la presidencia española, y que no quieren que la tierra pertenezca al viento. ¡Faltaría más!

El problema autonómico, como dijo en una ocasión Martin Villa, "nos va a arrastrar". Y esta predicción que se hizo hace 34 años se está materializando en estos momentos. Es difícil que Mariano lo ignore. También es difícil que el actual Ministro de Justicia también lo ignore, pese a sus declaraciones.

Esto nos está conduciendo a la primera República española. La República Cantonal, que duró 11 meses durante los cuales hubo hasta cuatro presidentes: Estanislao Figueras, Pí y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar.

Aquella República fué saludada por la brillante oratoria de un hombre que llenó de retórica medio siglo de la Historia de España, Emilio Castelar, que dijo:

"Señores, con Fernando VII murió la monarquía tradicional; con la fuga de Isabel II, la monarquía parlamentaria; con la renuncia de don Amadeo de Saboya, la república democrática; nadie ha acabado con ella, ha muerto por sí misma; nadie trae la república, la traen todas las circunstancias, la trae una conjuración de la sociedad, de la naturaleza y de la Historia. Señores, saludémosla como el sol que se levanta por su propia fuerza en el cielo de nuestra patria".




Curiosamente, a lo largo de aquellos once meses de república, España estuvo sufriendo tres guerras simultáneas, la tercera guerra carlista, la guerra de los diez años en Cuba, y la guerra cantonal. Por eso, no tiene nada de extraño que el primer presidente, Estanislao Figueras, terminara sus cuatro meses de mandato con esta frase en catalán:


"Señores, yo ya no aguanto más. Voy a serles franco, ¡Estoy hasta los cojones de todos nosotros! (Estic fins als collones de tots nosaltres)". Salió luego disimuladamente de su despacho, se dirigió a la estación de Atocha, tomó el tren  y se marchó a París. Desde allí puso un telegrama a sus compañeros que decía "Llegué bien, Saludos."

Figueras le sustituye Pi y Margall, federalista, el 11 de junio de 1973.A los 17 dias de su nombramiento se produce la Revolución Cantonal, que empezó en Sevilla con la autodeclaración de República Social, y a partir de este momento se declaran independientes una serie de locaidades,  undamentalmente en Valencia, Murcia y Andalucía. Los hubo de ámbito provincial como Valencia y Málaga, pero también otros más locales como Alcoy, Cartagena, Cádiz, Almansa, Torrevieja, Castellón, Granada, Salamanca, Bailén, Andújar, Tarifa y Algeciras. Huelga decir que en todos estos cantones se produjeros desmanes.


Pero el cantón más notable fué el de Cartagena, donde mandaba Antonete Gálvez, que llegó a acuñar moneda propia (aquellos duros cantonales), izó en el castillo de Galeras una bandera roja que hizo enviar un famoso telegrama al Capitán de la fragata Numancia en el que decía que se había izado la bandera del Imperio Otomano, que hizo sonreir a mucha gente. Pero lo cierto parece ser que sí era la bandera turca, de la que se "borraron" la media luna y la estrella con sangre de un personaje que se pinchó en un brazo porque no tenian pintura roja a mano. 

En la Armada se sublevaron las fragatas  Almansa y Vitoria que se convirieron en piratas y se desplazaron hasta una "potencia extranjera" como Almería para recaudar fondos. Como la ciudad se negó a pagar, fué bombardeada y tomada por lo canmtonalistas, que se cobraron el tributo. A continuación hicieron lo mismo en Alicante, pero al regresar a Cartagena fueron apresados por las fragatas acorazadas HMS Swiftsure y SMS Friedrich Carl, inglesa y alemana.

La presidencia de Pi y Margall duró 37 dias porque terminó el 18 de julio de 1973. Y, a todo ésto, el pretendiente carlista Carlos VII se instalaba en Estella y recibía ayuda de Francia.

El tercer presidente fué Nicolás Salmerón. Los dos anteriores eran catalanes, y éste era un abogado de Barcelona, y que llegó a ser presidente honorario de Solidaritat Catalana, pero que había nacido en Alhama la Seca, provincia de Almería. A él le tocó aplacar la rebelión cantonal, y lo hizo apoyándose en los generales Pavía y Martinez Campos que intervinieron en Andalucía y Valencia, respectivamente, y se pudo calmar la tempestad. Sin embargo dimitió el 6 de septiembre para no tener que firmar una sentencia de muerte de unos soldados que había desertado al campo carlista, lo que le pedian sus generales para mantener la disciplina. 

El 7 de septiembre fué nombrado Emilio Castelar, que  no era catalán, sino gaditano. Y con él todavía se mantenía el canton de Cartagena. Envió al general López Dominguez, y Antonete Gálvez huyó hacia Orán. Castelar , en tiempos de Figueras, suprimió la esclavitud en Puerto Rico. También lo habría hecho en Cuba, pero en aquellos momentos los cubanos estaban en guerra con España. Lo primero que hizo fué reorganzar el ejército para poder terminar con la guerra carlista. El era republicano unitario, o sea, contrario al federalismo, y los federales se la tenian jurada y quisieron destituirlo, hasta que Pavía, que era partidario de Castelar, ordenó a la Guardia Civil que entrase en el Congreso. Los diputados salieron por las ventanas, lo que asombró a Pavía "porque podian haber salido por la puerta". Y aquí terminó aquella primera república. Porque, aunque Martinez Campos se declaró a fines de 1974, la república ya se había acabado.




No olvidemos la Historia. Una de las cosas más curiosas que ocurrieron en el cantón de Cartagena fué que su "gobierno" solicitó la ayuda de los Estados Unidos para combatir al gobierno central. Y en  aquella petición se ofrecian a ser uno de los estados americanos. ¿Se lo imaginan ustedes? "Luisiana, Oklahoma, Tejas, Oregón Virginia, Cartagena, etc. etc.


El presidente de los EEUU declinó el ofrecimiento. Era entonces el General U.S.Grant, quizás el peor gobernante y mejor general de los EEUU, que no quiso tener problemas con España, pero esto no quiere decir que la oferta no se estudiara. A los EEUU no les hubiera ido nada mal tener en la base naval de Cartagena un apoyo en el Mediterráneo. Habría sido otro Gibraltar.


             







No hay comentarios:

Publicar un comentario