jueves, 19 de abril de 2012

La Vicevogue.

Yo no lo quito

Con esa clase de gente que se dedica a la política lo que ocurre es que nunca se sabe como van a terminar. Y no se debe pecar nunca de buena fé, porque la buena fé no sirve para entender a los políticos. Y como este Asno de Rotterdam debe ser más tonto que Abundio, creía que, terminada su vicepresidencia y recién instalada en ese baúl de trastos viejos que es el Consejo de Estado , cuyos consejos ni siquiera son vinculantes- o sea, que no sirven para nada en esta cosa que llamamos democracia- estaba convencido de que nuestra ex-vicepresidenta habría hecho caso a nuestro ilustre vate Francisco de Quevedo cuando éste escribió aquel soneto que terminaba diciendo:

"...........................................
pasad la senectud, señora, en paz
con el agua bendita y con la cruz
comiendo en un rincón puches o arroz."

Pero no. Esto no se debe pensar jamás de quien vive de la política.Y menos cuando se ganó brillantemente el título de Secretaria de Juzgado Laboral en tiempos de Franco hasta llegar a Magistrado por el sistema digital, y convertirse en Vicepresidenta del desgobierno español, gracias a su afinidad con el PSOE. Eso, aunque pretendiera ser votada en la Comunidad Valenciana haciendo trampas en el censo municipal, que de todo hay en la viña del Señor.


Una vicepresidenta y actual miembro (o quizás "miembra") del Consejo de Estado, cuyas aptitudes para el arte de Terpsícore son bien conocidas, acaba de meterse a criticar las medidas que Rajoy quiere tomar para  pagar los intereses de la deuda exterior que tenemos con Europa. Sólo los intereses, de momento. Y ha llegado a afirmar que el hambre del pueblo es lo que hizo subir a Hitler al poder en Alemania.  Lo que no se ha atrevido a decir que fueron las urnas las culpables de esta subida.

Porque esta señora debe ignorar muchas cosas. Por ejemplo, seguramente ignora que el dia 3 de Octubre de 2010, o sea hace solamente un año y medio, Alemania ha terminado de pagar las indemnizaciones impuestas por el Tratado de Versalles por la Primera Guerra Mundial. Y que fueron estas indemnizacions que jamás nadie habría podido soñar, las que provocaron la ruina de Alemania . acompañada de una terrible inflación porque el marco alemás se había devaluado hasta límites jamás conocidos.  Prueba de ello es este billete de 50 millones de marcos


con el que un ciudadano alemán se podría comer un buen bocadillo de "bratwürst". Un servidor de ustedes no se lo podía haber comprado porque en la fecha de emisión de este billete, 23 de julio de 1923, todavía no había echado los dientes.

Le señora vicevogue, seguramente no se ha leido las páginas del Tratado de Versalles, inspiradas principalmente por Clemenceau, también conocido como "el tigre", porque mediante este Tratado lo que pretendía es borrar a Alemania del mapa. Hasta el ministro inglés Lloyd George intentó paliar este destrozo con gran indignación de Clemenceau:" A ustedes les separa el Canal de la Mancha, pero yo los tengo en la frontera".

No fueron recortes del gobierno lo que provocó la subida de Hitler al Poder, sino la desesperación de un pueblo al que los vencedores de la guerra impusieron unas indemnizaciones jamás conocidas en la Historia.

Todas las colonias africanas donde los alemanes se habían instalado se las repartieron los vencedores. Y es que los alemanes no habían comprendido que Dios creó el continente africano para satisfacción de Inglaterra y Francia, con exclusión de los demás paises europeos. Y hasta entre ellos dos todavía hubo incidentes, como el de Fashoda, que pudo provocar una guerra entre ambos.

No diga usted tonterias, señora ex-vicepresidenta.
            


No hay comentarios:

Publicar un comentario